
Unos psicólogos dicen que el 50% de la
felicidad se debe a factores genéticos, un 10% a las circunstancias vividas y
el 40% a la actividad emocional que podemos aprender a controlar
para ser más felices. O sea que en pocas palabras se puede aprender a ser
feliz.
Si una de nuestras metas como padres debe ser
que los niños sean felices ¿cómo hacemos eso? Pues increíblemente hay
pautas que podemos utilizar y aplicar con ellos.
1- Enseñemos a dar las gracias: La
gratitud favorece la estabilidad mental y enriquece el crecimiento de los
niños. Si los enseñamos valorarán más lo que tienen.
2-Seamos positivos y ellos
lo serán también: si los educamos en un ambiente
positivo crecerán más seguros de sí mismos y creerán más en ellos,
podrán controlar más la mente.
3-Estimulemos los logros personales: los
niños son más felices si consiguen sus objetivos por ellos mismos.
4- Autonomía: no los sobreprotejamos,
estimulemos su independencia lo que potenciará su autoestima, confianza y
seguridad.
5-Inteligencia emocional: para mí
lo más importante. Los niños deben aprender a controlar y regular sus
emociones para solucionar sus problemas de forma pacífica. Eso genera
tranquilidad y armonía en su carácter. Si nosotros no sabemos manejar las
distintas situaciones y gritamos todo el día, ellos aprenderán que
así se solucionan los problemas.
6- Seamos amables y enseñemos a que lo
sean. Los niños amables experimentan más satisfacciones, son más cariñosos
y son más aceptados socialmente. A las personas les encantan los niños
amables.
La felicidad es un estado
de ánimo, una emoción importante en nuestras vidas. Las personas que son
felices muestran a menudo un enfoque positivo en lo que hacen y se sienten
motivadas por conquistar nuevas metas.
Según el informe 2016
sobre la Felicidad el país más feliz del mundo es Dinamarca, ¡pero adivinen! Panamá quedó de número 25 en la lista, así
que tras de eso soy afortunada en vivir en uno de los países más felices del
mundo. En cambio Siria de número 156, asumo que por razones obvias. Interesante
lista.
Independientemente del
lugar donde vivamos, debemos tratar de ser felices y de enseñar a nuestros
hijos a serlo también. Ser felices tiene muchos beneficios, aprovechemos. Todo
esta reflexión vino por escuchar la canción de Shakira y Carlos Vives que dice:
“Puedo ser feliz
caminando relajada entre la gente,
yo te quiero así y me gustas porque eres
diferente”, que por cierto, en esa lista de la felicidad Colombia quedó de número
31, Estados Unidos de 13 y España de 37, pero sinceramente uno puede ser feliz
en cualquier parte de la bolita del mundo y si es con nuestros hijos mejor y recordemos que a veces las pequeñas cosas nos pueden hacer muy felices.
GN
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