
Jueves, 25 de febrero de 2016. 11:10 pm
Hoy fue un día agitado, hubo múltiples actividades
usuales y no tan usuales.
Las usuales, pues las de todos los días: jugar unos
minutos con el bebé antes de salir de casa, ir a hospitales, ver pacientes, “choferear”
para actividades de mis hijos, llamar a casa para saber si todo va bien.
Las no usuales: aprovechar para ir al salón de belleza.
Soy malísima para este menester, con clientas como yo los salones de belleza
cerrarían, pero ya no me podía arrancar mas canas porque me hubiese quedado un
hueco en la cabeza, así que decidí ir a pintarme mi "penacho blanco” del
color habitual de mi cabello. Volviendo a las actividades no habituales, asistí
a un foro de mamás blogueras, todas de distintas profesiones pero con un
fin o interés común, el de ser madres amantes de compartir experiencias con
otras mamás en las redes sociales y disfrutar de ello. Muy interesante para mí.
He escuchado muchas veces que en mi querido Panamá a los blogueros nadie los
lee y que sus seguidores solo son su familia. Volví a comprobar que eso no es
cierto. Como todos sabemos el hecho de convertirnos en padres sí cambia la
vida, pero la necesidad de seguir socializando y saber que otras mamás pasan
por las mismas experiencias que nosotras nos hace sentir mejor y acompañadas
aunque sea de una forma virtual.
Al salir del foro tenía que ir prácticamente a velocidad
extrema para llegar a tiempo a la función de fin de curso de las clases de
teatro de dos de mis hijos. Al verlos en escena me sentí mamá orgullosa, me
parecía que actuaban divino, mi esposo y yo lo disfrutamos muchísimo. Ellos al
terminar estaban felices como si hubiesen actuado en Broadway, pero para mí sí
era Broadway y ellos mis actores favoritos. Se divirtieron creando personajes,
inventando historias, aprendieron a participar en grupo y a trabajar en equipo,
muchas de las ventajas del teatro en la infancia. Además es bueno para aumentar
la autoestima en los pequeños, aprenden a respetar, a conocer y a controlar sus
emociones, fortalecen la disciplina y descubren que el esfuerzo sí valen la
pena.
Si analizo la actividad extracurricular de mis hijos del
teatro y la mía de ser bloguera concluyo que ambas tienen beneficios porque
escribir y que sea leído por otras personas aumenta mi autoestima, crea disciplina
porque hay que ser constante para poder continuar cumpliendo con los lectores.
Así que tanto el teatro como plasmar las letras son campos inagotables de
diversión y de educación, cada uno en su ámbito.
Al terminar la obra de teatro llevamos a los niños a
cenar, de repente recordé y mencioné en voz alta que no había escrito nada, fue
cuando mi hija de 9 años me dijo: pero mamá es fácil, escribe sobre el súper
cazador y la bailarina súper estrella ( sus personajes de la obra), ya verás
que es muy fácil.
Días como estos son para recordarlos toda la vida, son
días en los que piensas que algo de lo que estás haciendo debe estar correcto
tanto en tu vida personal como en lo que puedas estar influyendo en la de tus
hijos, aunque llegues agotada a la casa y con una sonrisa difícil de esconder.
GN
No hay comentarios:
Publicar un comentario