
Mi hijo de 6
años tiene su primer diente flojo, nos percatamos porque recordé que a un
amiguito se le cayó un dientecito y me dio curiosidad cómo iban los de él.
Cuando nos dimos cuenta que pronto llegará el Ratón Pérez por primera vez mi
príncipe saltaba de la emoción.
Los dientes
de leche se empiezan a caer entre los 5 y los 6 años. Generalmente se empiezan
a caer los incisivos centrales de la arcada inferior cuando los dientes
permanentes van empujando a los de leche.
El mismo día
que supimos que el diente estaba flojo, nos encontramos con un amiguito que ya
tiene su segundo diente por caerse. Le dije que entonces estaba por llegar el
Ratoncito Pérez y me sonrió. Me comentaron que por el primer diente caído le
trajeron 20 dólares y por supuesto mi hijo empezó a sacar cuentas de cuántos
dientes tenían que caerse para comprarse algo que quería, a lo que le respondí
que no necesariamente le iba a traer lo misma cantidad de dinero.
Cuando se me
empezaron a caer los dientes de leche hace 35 años, el ratoncito me dejaba bajo
la almohada $1.00 y yo lo veía como un dineral, o sea que ya pienso como mis
papás o mis abuelos y probablemente suene igual a ellos, cómo han cambiado las
cosas. No se si es la inflación lo que
ha cambiado o la oferta y la demanda, pero indudablemente todo cambia. A mi hija de 9 años cada vez que se le cae un
diente, aparecen $5.00 bajo su almohada. Hay personas que según dicen el Ratón
le trae dulces o regalos.
El Ratoncito
Pérez es un personaje de leyenda muy popular entre los niños de
Latinoamérica y España. La tradición
sigue el mismo ritual que en el caso del hada de los dientes de otros países,
que por cierto me enteré que también se encargaba de los dientes de leche por
la película. Dice la leyenda que cuando a un niño se le cae un diente de leche,
lo colocará debajo de la almohada y, mientras duerme estos personajes mágicos,
duendes, hadas o ratones se lo cambiarán por un pequeño regalo, dulces o
monedas.
El origen
más probable del ratoncito y su enlace con un hada proviene de un cuento
francés del siglo XVIII que se llama La Bonne Petite Souris (El Buen
Ratoncito). Habla de un hada que se transforma en un ratón para ayudar a
derrotar a un malvado rey, ocultándose bajo la almohada del mismo, tras lo cual
se le caen todos los dientes.
Mi hijo de 6
años está feliz y la hermana de 9 años le da “consejos” lo que tiene que hacer para que se le caiga más
rápido, pues ella es de las que se los afloja más y se los saca sola. Así que
le ha dicho desde que se lo mueva constantemente hasta que coma manzana para
que se le “quede trabado”. Indudablemte él está ilusionado. Veremos qué le
dejan bajo la almohada, mientras que yo sigo pensando en la inflación.
GN
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