viernes, 1 de abril de 2016

Miremos la otra perspectiva



Desde que estamos en la Facultad de Medicina nos enseñan que existe una entidad que se llama autismo, pero lo que recuerdo de esas enseñanzas es muy poco. Obviamente recuerdo mas las que aprendí en la especialidad de Pediatría pero no era un tema que dieramos a fondo, por lo menos en esos años, no se ahora.  Más aprendí en Congresos de Pediatría y leyendo por mi cuenta. Siempre me ha aterrado no detectar a tiempo señales que me pueden hacer pensar que estoy frente a un niño autista o con trastorno del espectro autista. Es un tema muy complicado y lo seguirá siendo mientras no se sepa la causa real. Hay teorías no comprobadas y los tratamientos son distintos e independientes para cada niño.

A lo largo de los años he aprendido que dar un diagnóstico o aunque sea una sospecha de autismo es difícil, sumamente difícil, tanto para la familia como para el médico, por lo menos para mi lo es.  La dinámica familiar cambia por completo;  las terapias y la dedicación que se le brinda a estos niños son admirables sin mencionar el tiempo invertido. 

Vuelvo y repito, es complicado el tema. Una buena amiga me dice que hay que verlo desde una perspectiva diferente.  ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué hay niños autistas y otros no? Ojalá se supiera con claridad. Hay que aprender que estos niños dentro de todas las características "especiales" que tienen siguen siendo niños.  Tienen una mirada que a veces no mira pero nos traspasa. Hablan con poca entonación y el lenguaje de gestos es comúnmente utilizado.
Puede que se entretengan con un objeto que tal vez no sepan para qué sirve pero para ellos sí tiene un sentido. 

Los libros de texto dicen que  el autismo daña la capacidad de una persona para comunicarse y relacionarse con otros. Pero esto es de acuerdo a las normas que  a puesto la sociedad. Para ellos la sociedad no ha puesto normas, siguen lo que les dice su forma de pensar o de actuar. Se pueden conectar y desconectar del mundo a su manera y los padres aprenden a respetar su entorno.
No entienden conversaciones con doble sentido o cuando se dice algo "en sentido figurado", ellos conprenden las cosas tal cual y se dicen. Como dicen por ahí: son niños con identidad profundamente diferente y un modo se ser distinto pero completo, viven el día a día, pero tienen sentimientos y necesidades como cualquiera. 

No los veamos como "pobre niño porque es una persona con autismo", !No, por favor! Son personas con metas por alcanzar, con sentimientos, pueden ir a la escuela y aprender con personas sin autismo. Son personas que también disfrutan de lo cotidiano y de cosas que pueden ver y tocar, probablemente entiendan mas con imágenes que con palabras pero van a comprender, son sinceros y no mienten porque les cuesta hacerlo. Van a reír, disfrutar y llorar porque son personas. 

Miremos la otra perspectiva. 

GN

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