viernes, 2 de septiembre de 2016

Sí hay cosas perfectas

No es necesario ser la mejor mamá del mundo, basta con que seamos la mejor mamá que nuestros hijos puedan tener.  Me ancanta que mi hijo de 7 años me diga que soy la mejor mamá que ha tenido, yo se que soy  su única mamá, pero igual me gusta escucharlo.

En esta época en que muchas mamás trabajamos y en el cual hay que dividir el tiempo entre muchas activades hogareñas y laborales siento que le debo tiempo a los niños, por supuesto que me gustaría pasar mas tiempo a su lado, pero hay días que si los veo 1 hora de 24 es mucho. Trato de dedicarles la misma cantidad de tiempo a los tres pero es casi imposible, un día uno recolecta más horas que los otros.

Asumo que la mayoría de las mamás que trabajamos y muchas de las que no trabajan nos sentimos igual o experimentamos sentimientos de culpa por el tiempo que no estamos en casa, pero es casi inevitable no sentirnos así. La cultura latina por cientos de años tuvo conductas y hábitos establecidos  como el hecho de que la mujer se encargaba del hogar mas sus quehaceres y el hombre proveía trabajando. Muchas cosas han cambiado y en la mayoría de los países se trata de tener igualdad de oportunidades y derechos. Pero tristemente  la función reproductora de nosotras las mujeres, sigue siendo un estigma en el mercado laboral, quedar embarazada en un trabajo puede ser visto casi como un pecado mortal y se puede percibir hasta enojo de parte del personal. Nuestra sociedad no está lista para afrontar estos hechos. Estando embarazada de mi tercer hijo, fue una pareja a verme para una consulta prenatal, todo fue bien hasta el final de  la cita cuando me levanté de la silla para despedirme y se dieron cuenta de mi tremenda panza, ambos se miraron perplejos, me sentí hasta enferma, me dijeron que no querían ser atendidos por alguien embarazada que mejor irían a otro pediatra. Cosas que pasan, pensé. También me han pedido si puedo conseguir una segunda opinión de un neonatólogo hombre, con esas palabras. Increíble para mí pero real, me imagino lo mal que lo pasaron las primeras mujeres que se atrevieron a estudiar medicina o aquellas que abrieron sus propias empresas hace muchos años.

El asunto es que trabajar y ser madre de uno o varios hijos no es fácil, siempre se dice que todo se logra teniendo un balance, pero crear el balance es lo difícil, hay días en que es imposible, pero otros en que sí se puede. Siempre trato de pensar que hago lo mejor que puedo en el trabajo y en la casa, que el tiempo que esté con los hijos, 30 minutos o 10 horas, sea bueno para mí y para ellos, creo que ha servido de algo, no en vano me dice mi hijo sandwich que soy la mejor mamá que él ha tenido, no creo que sea casualidad que mi hija de 9 años me diga que me ama y que soy super buena mamá aunque la regañe a veces y no pienso que sin razón mi hijo de 2 años salga corriendo a abrazarme cuando me siente llegar a casa. Algo debo estar haciendo bien, así que trataré de sentirme lo menos mal cuando piense que no estoy lo que yo quisiera con ellos. Dicen que nada es perfecto pero para mí esas demostraciones de amor incondicional y de amor del bueno sí son perfectas y no las cambiaría por nada.

GN






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