viernes, 8 de junio de 2018

Mi odisea de los últimos meses-Parte 1

Tengo tres hijos y dos de ellos nacieron antes de tiempo, ambos nacieron a la misma edad gestacional y faltaban 6 semanas para completar los embarazos de cada uno de ellos. Cuando uno escucha seis semanas antes, muchas personas piensan que ya no faltada nada, otras se asustan y las opiniones son distintas. Los bebés prematuros, menores de 37 semanas, no solo pueden tener complicaciones a corto plazo, si no también con el tiempo pueden existir problemas de conducta, retraso en el neurodesarrollo que incluya retraso en el lenguaje, trastornos del procesamiento sensorial y muchos otros. El asunto es que dos de mis tres hijos tienen alguno de estos problemas, cuando los ves ni lo piensas, pero en el diario vivir si que se nota, sobre todo los que convivimos con ellos.  

Muchos de los padres que tenemos hijos con alguno de estos problemas los metemos a terapias para mejorar estos "problemas" y este ha sido mi caso desde el día que salieron del hospital luego de nacer.

Cuando mi tercer hijo terminaba la escuelita que llaman maternal, es decir que empiezan casi desde los dos o tres años, antes de ir a la escuela de "niños grandes" casi no hablaba, tenía un retraso en el lenguaje importante y se hacía entender con señas, lenguaje corporal, gritos, gemidos y un lenguaje gutural que yo decía que hablaba como los minions. AL no poder hablar correctamente, ya casi a los 4 años de edad, si le quitaban un juguete mordía a los otros niños, situación realmente incómoda para mí y obviamente no grata para los padres del mordido, a veces las miradas de las madres de los mordidos era fulminante, pero créanme que en mi casa nadie mordía y tampoco le decíamos que mordiera a los otros niños, asunto complicado de manejar emocionalmente, pero seguíamos en terapias de lenguaje y ocupacionales para mejorar todos estos atrasos. 

Cuando llegó el momento de terminar y tocaba irse a escuela de niños grandes, nos reunimos con la maestra para que nos diera el resumen de sus habilidades en la escuela mas sus actitudes y aptitudes. Todo empezó muy bien hasta el "...pero él no está listo para ir a la escuela". A pesar que ya todo eso lo sabíamos y que trabajábamos en ello, el mundo se paralizó. No es lo mismo que tú lo sepas a que otra persona te lo diga de frente y por el bien de niño. 

Al salir de la reunión sentía que había fallado como mamá y como Pediatra. ¿Cómo era posible que no había podido solucionar correctamente el asunto de nuestro propio hijo? Parecía una tontería, pero para mí no lo era, hice un gran drama y ficción en mi cabeza y que muchas veces no nos damos cuenta que lo hacemos, yo no estaba enojada con la maestra, ni con mi hijo, estaba triste con la situación, muy triste. Otros pensarán que dejarlo un año mas en maternal no es problema, pero yo no quería, quería seguir intentando arreglar la situación que realmente no era grave, era el último mes del año y la escuela empezaba en 3 meses, no quedaba mucho tiempo...

GN

No hay comentarios:

Publicar un comentario