viernes, 26 de enero de 2018

¿Se puede clasificar a las mamás?



Todas las mamás tenemos momentos de desesperación, agobio, cansancio, felicidad extrema, orgullo por nuestros hijos, ganas de salir corriendo, ganas de no hacer nada, ganas de hacer todo el mismo día o de dejarlo para mañana.

No hay ningún día igual al anterior, puede ser que ayer tu bebé durmió la noche completa y al día siguiente puedes tener la peor noche de tu vida en cuanto a desvelo porque justo ese día le dio fiebre a la criatura y te pasaste a su lado toda la noche porque odias la fiebre y te da miedo que pase algo. Puede ser que tengas ganas que los niños salgan ya de la escuela y que se acabe el periodo escolar porque estás cansada de perseguirlos para hacer tareas y comprar útiles escolares de último momento y cuando están de vacaciones quieres que empiecen rápido las clases porque no sabes qué hacer con los niños en casa tanto tiempo.

Esta semana conversaba con otras madres sobre los tipos de mamás que existen, pero en verdad tratar de clasificarlas sería casi una tarea sin fin porque todas somos diferentes, algunas con rasgos en común, pero todas diferentes. Hay algunas que no quieren darle de comer a sus hijos gluten, azúcares refinados y otra cantidad de alimentos más porque le causan daño al niño y  bajo ninguna circunstancia le dan los alimentos mencionados  a la criatura ni aunque todos los niños alrededor estén comiendo helado y el niño de tres años llore desconsolado porque se quiere comer una bolita de helado.  Otras son más relajadas en este tema y si el niño no quiere desayunar porque es una pelea campal pues que no desayune y que coma en la escuela, o si quiere desayunar un chocolate pues que se lo coma que luego comerá cuando tenga hambre.

¿Qué me dicen de los grupos de chat de la escuela? a veces es para retirarte en la madrugada para que nadie se de cuenta que te saliste o para comentar aparte con tus amigas sobre algún comentario que dijo la mamá intensa que no deja que sus hijos saquen menos de 5.0 en la escuela porque les daña el promedio de segundo grado. Pero hay mamás que lo utilizan para arreglarle la vida a sus hijos porque quieren verificar que sus tareas estén bien antes que la lleve a la escuela o porque su hijo dejó la maleta en la escuela y no sabe qué tareas hay. Algunas son las súper buenas que recuerdan siempre cuando hay día civil o cuando hay que ir vestido de alguna forma que no es la habitual, también están las que se viven quejando de las maestras y las que hacen fotos de las pantallas de los teléfonos móviles  de las conversaciones para mandárselas a las maestra o a los directores de la escuela.

Están las mamás que no les gusta dar medicinas en lo absoluto porque el cuerpo del niño tiene que aprender por sí solo a defenderse de los virus y bacterias y los niños permanecen con mocos por mucho tiempo o las muy estresadas que a los 20 minutos de fiebre están llamando porque seguro al niño le pasa algo malo y es mejor revisarlo para estar seguros.

Están también los que dejan que los niños se enloden y ensucien para que agarren anticuerpos y las que no dejan que el niño se ensucie ni los zapatos porque quieren estar impecables. Las que se esconden en el baño a comerse un chocolate para que sus hijos no se den cuenta o las que dicen que se acabaron los dulces para ellas comérselos.  Una amiga me dijo que les inventaba a sus hijos que había una fiesta de cumpleaños y que como se habían portado mal no iban a ir y al final nunca existió tal cumpleaños.

Indudablemente todas somos diferentes, ser madre es cuestión de balance, es algo tan personal que nunca nadie será la perfecta ni la imperfecta, cada uno tiene derecho a criar a sus hijos como mejor le parezca, tenemos derecho a estar cansadas y a estar felices, a tomar 5 minutos o varias horas para una misma, a querer a nuestros hijos con locura y tratar que sean personas de bien con valores y que realmente aporten a sus vidas cosas positivas.  Ser madre es un periodo largo con múltiples etapas o niveles. Todas somos diferentes, vívelo como quieras y como pienses que es la mejor forma.  El tiempo lo dirá todo.

GN



viernes, 19 de enero de 2018

¿Qué piensan?

Los estereotipos de género se inculcan de manera inconsciente desde el nacimiento o yo diría desde antes del nacimiento. Desde hace unos meses me he puesto a preguntar a las mamás antes de que nazca su esperado bebé de qué color es la habitación donde estará su bebé  y los colores ganadores para niñas son rosado y lila y para niño son celeste, azul y marrón. Las decoraciones en los hospitales del cuarto donde estará el bebé van en la misma dirección. 



¿Por qué pasa esto? porque tenemos  ideas preconcebidas que nos han heredado de un modelo social anticuado, que determinan la vida de los niños y niñas en función de su sexo y en el cual todos estamos involucrados. Ojalá cambiara esto, pero indudablemente llevará muchísimas décadas para ver algún resultado.




Los juguetes para niños son habitualmente carritos, pelotas y para niñas muñecas, cocinitas por solo mencionar dos de cada uno. Siempre me acuerdo cuando mi hija mayor estaba en maternal, es decir que tenía 3 años, los pusieron a realizar una actividad en la escuelita sobre las profesiones y a los niños los pusieron a hacer accesorios de doctor y a las niñas de enfermera. Cuando ella me contó que no le habían querido dar la de doctor porque ese lo iban a hacer los niños, se podrán imaginar mi cara. Tenía ganas de ir a la escuela a armar un despelote, pero realmente no ganaba nada con eso, respiré profundo y le expliqué a mi hija que uno puede ser en la vida lo que quiera ser, que las profesiones son tanto para niñas como para niños. Pero así somos, nos lo han inculcado desde que nacemos y probablemente inconscientemente y sin malicia. ¡Pero esta muy mal! ¿Por qué razón los niños no pueden jugar con una muñeca? acaso ese niño no tendrá hijos  o puede que le toque ser padre con deberes en la casa igual que su pareja.


Los estereotipos tienen numerosas repercusiones en las personas, tanto hombres como mujeres, afectan muchos aspectos de la vida  y afectan los trabajos en un futuro, así como el liderazgo, las relaciones sociales, la forma de relacionarse en pareja y como te desenvuelvas en tu vida.


Con los estereotipos fomentamos el machismo, se supone que el hombre debe ser la cabeza de la familia y el que tiene que trabajar mas para llevar el sustento a casa. También pueden aparecer en muchas ocasiones malestar individual, al no poder desarrollar por completo la personalidad, o aquellos factores que quedan privados por pertenecer a un rol determinado. Limitamos las oportunidades de nuestros hijos y las encasillamos en determinadas funciones sociales. 


Dejemos que los niños sean niños, que no piensen que están limitados en gustos y roles. Hay niños que no les gusta los carros y quieren pintar, bueno, apoyemos a los niños en sus preferencias, desarrollemos potenciales para que logren éxitos futuros. Si las niñas quieren jugar con carros y jugar con niños bueno, averigüemos sus preferencias y gustos para explotar sus potenciales al máximo, de seguro llegarán a ser exitosos en sus vidas. ¿Qué piensan?


GN





viernes, 12 de enero de 2018

Mamás parecidas



De las cosas que he llegado a apreciar de mi profesión son las conversaciones con las mamás. Todas las mamás somos diferentes en la forma de vivir con nuestra familia y en la forma de criar a nuestros hijos pero nos suceden cosas tan parecidas que hacen que tengamos vivencias parecidas o casi iguales.

Cada vez que comento que mi cerebro nunca quedó igual después de cada hijo, muchas más se sienten identificadas. ¿La razón? Es que no puede quedar igual nuestra forma de pensar. Al tener un hijo nuestros pensamientos y gran parte de lo que hacemos gira en torno a nuestro integrante de nuestra familia y ocupa un espacio inmenso en nuestro corazón. Hay días incluso que ocupa la mayor parte de nuestro día y otros que ocupan gran parte de nuestros pensamientos, entonces obviamente nuestro “cerebro” es diferente. Hay mamás que me dicen: Yo ERA súper organizada y no sé qué pasó”, “a mí no se me olvidaba nada y ahora hasta se me olvidan las reuniones”, una vez fui a dar una conferencia sobre cómo ser madre y trabajadora y no morir en el intento y una de las mamás del auditorio comentó que ella iba en camino a una reunión y cuando se estacionó en el lugar de la reunión escuchó  un “mamá” en la parte trasera del auto y resultó que se le había olvidado dejar a la hija en el maternal. Cosas así nos pasan después de ser mamás.
Una amiga cuenta que salió corriendo de la casa a dar una Conferencia y al estar hablando sentía que todos la miraban, al finalizar se le acercó una chica para decirle que solo se había maquillado un ojo.

Me encanta cuando me cuentan que han simulado estar dormidas cuando sus hijos despiertan a ver si duermen un ratito mas porque yo lo hecho pero a la mayoría no nos resulta. Otras se esconden para comerse alguna golosina antes que las encuentren los hijos porque si no se quedan sin nada.

Me ha pasado que alguno de mis hijos me dice alguna respuesta chistosa ante algún regaño y tengo que aguantar la risa para que la criatura no se de cuenta. ¿Cuántas veces no estamos agotadas y queremos salir corriendo o dejar todo para ir a dormir o simplemente no hacer nada? Pero que lo pensemos y lo hagamos es muy diferente.

A cuántas nos da pena aceptar que alguno de nuestros hijos mordió a otro niño o que hizo una pataleta en medio del centro comercial pero cuando lo decimos por alguna razón varías mamás se identifican contigo y otras no lo aceptan públicamente pero mentalmente lo aceptan.

Me gustan las charlas de mamás pero ya no me gustan cuando por ejemplo alguien critica la forma en que otra mamá cría a su hijo o cuando hay extremismo en las formas de pensar en muchos temas como lactancia materna, fórmulas de alimentación, la mejor forma (en teoría) de alimentar a un niño de meses, la forma de entrenar para ir al baño, la mejor escuela, que si sí o no circuncisión, que si dormir o no con el niño. Nunca existirá una mejor o peor manera de criar y educar a un hijo, en esto cada mamá y papá decide cómo hacerlo y elige la manera que le parezca mejor adaptada a sus necesidades y costumbres.

Cada mamá debe decidir lo que le parezca mejor para sus hijos, todas somos diferentes pero iguales en situaciones y en el sentimiento de amor que sentimos con nuestras criaturas que forman parte de nuestros corazón y mente gran parte del día.

Es mejor ser felices, vivir en paz y legar las malas vibras y la energía negativa.

Saludos,
GN

viernes, 5 de enero de 2018

Niños drogados digitalmente...

Este nuevo año tengo un nuevo proyecto, haré una campaña intensa sobre este tema. He tenido varios pacientes que han sido y son afectados por esto y hasta uno de mis propios hijos. Se trata sobre el uso de pantallas, tabletas, teléfonos móviles y demás aparatos electrónicos que los usan desde edades tan tempranas como meses de vida para que el bebé se entretenga o para que los niños se calmen y no se paren de las mesas mientras estamos comiendo, para que se entretengan un rato o por cualquier razón que al final son excusas que causan daño y no beneficio.


En investigaciones de imágenes cerebrales, se ha visto que estos dispositivos con pantallas afectan la corteza cerebral frontal, que es la que se encarga de procesar información incluyendo el control de nuestros impulsos. La tecnología tiene tanto poder excitante que eleva los niveles de dopamina el cual es un neurotransmisor, dicho de otra forma, es una sustancia que se encarga de sensación de bienestar, pero del bienestar que se asocia a la adicción tal cuál lo hace la cocaína.


Cuando un niño juega con una pantalla de teléfono inteligente o de una tableta el cerebro actúa igual a un cerebro drogado por sustancias ilícitas.  Ciertos estudios demostraron que pasar mucho tiempo frente a una pantalla aumenta el riesgo de ansiedad, agresión, depresión y se deforma la sensación de cómo los niños ven la realidad. Parte del problema es el placer que producen las luces, sonidos, colores, etc. que el sistema visual comienza a “preferir” esta sobre estimulación, pasando a un segundo plano el discriminar y descifrar los gestos faciales y la diversión con otras cosas.  

Uno como padre dirá que nuestros hijos la usan por ratitos, pero la realidad es otra, si contabilizamos la cantidad de minutos muchas veces nos pasamos del tiempo recomendado.  

La Academia Americana de Pediatría recomienda que los niños menores de 2 años no utilicen, en lo absoluto, ningún tipo de pantalla, o sea nada de tabletas, teléfonos celulares ni televisión hasta los dos años.  Pasado los  dos años, y hasta los cinco, se debe limitar el uso de los medios a una hora al día, además de  los contenidos tienen que ser de alta calidad. Se supone que en este periodo los padres tienen que acompañar a los hijos para ayudarlos a entender lo que están viendo,  aplicarlo y explicarles con sensatez al mundo que les rodea. En ningún lado dice que los dejemos un ratito con las pantallas mientras nosotros hacemos otras cosas en paralelo.

Estas estadísticas son alarmantes, hoy en día, uno de cada tres niños usa una tableta o un teléfono inteligente antes de empezar a hablar. El desarrollo sano de los niños implica la interacción social, el juego imaginativo creativo y un acoplamiento con el mundo real, incluida la naturaleza.
El uso de pantallas se asocia también a falta de desarrollo social, a los niños les cuesta interactuar con sus pares y demás miembros de la sociedad, hay aumento de la incidencia de retraso del lenguaje, trastornos del sueño y aumento de niños con déficit de atención. También hacen mas pataletas y berrinches al quitarles los aparatos.   Yo diría que por ahora eso es lo que se conoce que está relacionado, pero seguro hay muchas cosas más.

Al igual que con una adicción a las drogas, antes de cualquier tipo de terapia, el primer paso es la desintoxicación. Cuando se tiene una adicción digital, el détox significa nada de computadoras, teléfonos inteligentes, tablets y en ocasión la televisión. Por lo general esto debe de durar entre cuatro y seis semanas, ya que esa es la cantidad de tiempo que se requiere para que un sistema nervioso hiperactivo se reincide.
A partir de hoy insistiré más en este tema. Será difícil pues la tecnología es parte de nuestras vidas y de nuestras casas pero regresemos a lo básico, a hablar con los niños, a jugar con ellos, a correr descalzos, a jugar en la hierba, a trepar árboles, a jugar juegos de mesa, a cantar, a bailar, a hacer rondas, a leer libros, a armar bloques, en fin a tantas cosas que se están perdiendo. Dejemos de drogar a nuestros hijos sin darnos cuenta...

GN