viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Será que lo ojearon?

Mi hijo de un año estuvo enfermo la semana pasada y recayó hace 3 días. Tenía fiebres tan altas que ni siquiera se movía el pobre, se quejaba continuamente y no quería comer. Lo llevé al consultorio para que una amiga pediatra lo revisara, porque en realidad lo ideal es no ser el pediatra de sus hijos. Tenía una otitis con secreción por un oído así que lo más probable es que el tímpano estuviese perforado. Lo que puede ser complicación de un resfriado previo.

Ese día en la mañana, al estar pasando la visita de los pacientes hospitalizados, me pregunta la amable secretaria que como estaba mi pequeño. La semana anterior le habia dicho que estaba enfermo y esa mañana la respuesta fue la misma, cuando entonces me dice: ¿no será que está ojeado?.  Me sonreí y para no entrar en discusión científica con ella  y le respondí: ¡quién sabe!

Muchas veces en nuestro país escuchamos: cuidado ojean al niño, si tiene fiebre es que está ojeado. Incluso cuando trabajaba en el Hospital del Niño y los familiares de los niños pensaban que estaban ojeados no dejaban que  recibieran medicamentos intravenosos porque empeoraría el cuadro.

Por curiosidad me puse a buscar en el ciberespacio el significado de ser ojeado. La palabra ojear se refiere a la acción de observar hacia a algún lado. Por lo general, el término está vinculado a una mirada superficial o un vistazo, sin que la persona en cuestión concentre su atención en aquello que está observando. Pero no dice nada que involucre que mirar mal o fijamente a alguien le vaya a hacer algún daño o causarle una enfermedad. En cambio el término mal de ojo sí tiene un significado. La Real Academia Española da como su definición “influjo maléfico que, según se cree vanamente, puede una persona ejercer sobre otra mirándola de cierta manera, y con particularidad sobre los niños”. Incluso en estos lugares de la web dicen los síntomas del mal de ojo y cómo curalo.

Para nosotros los científicos nos cuesta creer estas cosas. La fiebre o la enfermedad de alguien siempre va a tener alguna causa que generalmente se puede demostrar y el tratamiento es  específico para cada patología. Pero el mal de ojo es  tan antiguo que en Egipto no se podía mirar al faraón a los ojos, porque el que lo hacía, el Faraón entonces ejercía  su poder divino y podía desmembrar el alma de quien fijaba la mirada en su persona. Así que esta creencia es tan antigua que va a ser imposible erradicarla o entenderla para muchos de nosotros.

Al final del cuento, la causa del supuesto "mal de ojo" de mi chiquito era una otitis que con los antibióticos adecuados mejoró. Espero que no me lo vuelvan a ojear.


GN

viernes, 21 de noviembre de 2014

Los doctores no tienen pacientes...

Cuando era estudiante de medicina escuché de algún doctor que no puedo recordar quién es lo siguiente:  nunca piensen que los pacientes son exclusivamente suyos y ustedes no serán exclusivos para sus pacientes. Poco entendí esas palabras en ese momento. Ahora, después de varios años de ejercer como Pediatra las llego a comprender.

Varias veces me ha pasado lo mismo que le pasa día a día a muchos colegas que te llaman de algún cuarto de urgencias y te dicen: "dra, hay un paciente "suyo" en la atención que tiene tal o cual cosa, para que por favor lo venga a ver". 

Cuando te dicen el nombre inmediatamente sabes de quién se trata, pero otras veces ni por el lugar mas recóndito del cerebro llegas a dilucidar quién es el paciente.  Cuando llegas al cuarto de urgencias y veo al niño ( en mi caso) o a los padres, ni siquiera recuerdo haberlos visto. Muchas veces he pensado que me estoy poniendo vieja o qué memoria tan mala tengo. Empiezo a interrogar al paciente y me percato que a ese paciente de 7 años lo he visto una vez en la consulta y probablemente cuando tenía dos años de vida, pero ¿aún así eres su médico? No me queda claro ese concepto. Lo correcto sería decir que en algún momento tal médico evaluó a mi hijo y me gustaría que lo evaluara nuevamente.

En otras ocasiones ha ocurrido que no localizan al Pediatra que habitualmente evalua a la criatura y te piden que por favor acudas al rescate, lo que es 100% comprensensible.

También hay padres de pacientes que "tienen" 2 Pediatras para sus hijos, en algún momento van donde uno y en otra ocasión van al otro.  Así es difícil dar un correcto seguimiento, pero esa es la decisión de cada quien.

Hace como 1 año me encontraba en la sala de recién nacidos conversando con otros 2 pediatras. Uno comentaba un caso difícil que tenía en ese momento. Por cosas que pasan ese Pediatra dijo el nombre del niño en cuestión, daba la casualidad que yo conocía al niño porque lo había visto en mi consulta entre los 2-3 años aproximadamente, pero por prudencia me quedé en silencio cuando el otro doctor dijo : "pero ese es mi paciente, cuándo le pasó eso?". Por lo visto ese niño "tenía varios Pediatras o había ido cambiando de médico en el transcurso del tiempo.

Siempre he dicho que cada quien escoge por qué médico quiere ser evaluado. El problema no es ese, el problema es que que te digan o que te pongan contra la pared diciendo que tu eres el responsable del paciente cuando no es cierto. Nosotros somos una guía en el caminar del paciente.

Siempre diré que los médicos no tienen pacientes, los pacientes tienen médicos y son los que escojan en el momento que lo decidan.

Lo importante es que cuando hacemos el trabajo, lo hagamos bien y nos guste hacer lo que hacemos, si no es así escogimos la profesión equivocada.


GN

jueves, 13 de noviembre de 2014

¿Qué son estas bolitas?

Hace unos días estaba bañando a mi hijo de 5 años y de repente me pregunta: Mami, ¿qué son estas bolitas?, refiriéndose a sus testículos. En realidad, en vez de sorprenderme me causó gracia. Le respondí: esas bolitas se llaman testículos. Entonces me pregunta: ¿para qué sirven?. Mi mente por supuesto fue a mil y creo que en fracciones de segundos le contesté: adentro de esas bolitas hay unas semillitas que cuando seas grande podrás usar para tener bebés. Se me quedó mirando y me preguntó: ¿y papi tiene esas semillitas?. Sí, sí las tiene y las usó para que tú y tus hermanos nacieran. Se quedó pensando y cambió el tema de conversación, ¡por suerte! , pero conociéndolo no pasarán muchos días sin que me pregunte más cosas, como lo hizo hace mas o menos un año cuando su hermanito aún estaba dentro de la pancita  de mami. Muchas veces me dijo que no se acordaba haber estado allá adentro.

Como dos días después una amiga embarazada me envía un correo electrónico que cito un párrafo textual:
“Mi hijo de 5 años, luego de haber pasado el día curioseando sobre de qué barriga venía o había salido su mamá y luego de qué barriga había venido su abuela, la noche culminó con una disertación sobre cómo y dónde Diosito primero decide que va a venir un bebé, luego decide si va a ser niño o niña y por último toca que crezca y se haga dentro de la pancita de mamá hasta que ya esté listo para salir…”

Cuando nuestros hijos pequeños nos preguntan cosas así lo primero que debemos hacer es no reaccionar de forma alarmada ante la pregunta. Independientemente de cómo manejemos el tema de la procreación, debemos comprender que se trata de algo natural y que es completamente normal que tengan dudas y muchas preguntas. Si ponemos tabúes sobre el tema sexual, muy posiblemente, más adelante cuando el niño crezca y alcance la etapa de adolescente enfrentaremos problemas para comunicarnos con ellos porque desde pequeños establecimos que ese es un tema prohibido.
La forma de explicar a un niño de dónde viene los bebés dependerá de la edad del niño. No le vamos a dar la misma explicación a un niño de 4-5 años que a uno de 7-8 años. No debemos temer a dar explicaciones. Es muy importante que al momento de explicar a un niño de dónde vienen los bebés lo hagas de forma clara, sin rodeos y sin confusiones. Debemos dejar claro que es un acto que se realiza entre un hombre y una mujer, con el consentimiento de ambos.
Una forma común de hacerlo es explicando que la mamá pone "los huevitos" y el papá "la semilla". Es necesario que el pequeño entienda que para procrear, tanto hombre como mujer deben haber alcanzado cierta edad y que entienda que no es un proceso que un niño pueda hacer y que comprendan que sólo las mujeres pueden tener bebés. Tratemos hasta donde sea posible de obviar historias como la cigüeña. Aunque el tema pueda ser embarazoso y sumamente incómodo para nosotros ellos merecen saber la verdad.

Hay libros diseñados para explicarles estas preguntas a los niños incluso con dibujos divertidos. Creo que este fin de semana voy a comprarlos para que no me agarren fuera de base nuevamente.

GN

viernes, 7 de noviembre de 2014

Mi pequeño caballeroso

Hoy luego del trabajo llevé a mi hijo a su clase de taekwondo, mientras estaba en su clase aproveché para hacer unas diligencias. Al terminar la clase nos encaminamos directo hacia la casa, al estacionar el auto entre el bolso y los cartuchos de las compras (que sólo eran 3) me veía un poco cargada, fue entonces que mi hijo de 5 años me dice: mamá, déjame cargar las bolsas, no quiero que lleves nada para que estés más cómoda. No pude evitar sentirme la mamá más afortunada del mundo, definitivamente fue el mejor momento del día. En realidad los paquetes no pesaban mucho y yo no quería que él los cargara, pero insistió en que se los entregara y yo cedí a su petición, el pobre niño no podía muy bien con la paquetera, pero como pudo llegó hasta la casa cargándolos y muy orgulloso de sí mismo, creo que tanto como yo.

Los niños muchas veces pueden ser nuestros maestros y desde  pequeños se les  puede dejar la idea de que ellos son unos caballeros y que lo pueden demostrar con sus actos, no importa que en ocasiones no hagan las cosas tan bien como quisiéramos, lo importante es que vayan teniendo el hábito de hacerlas. Los niños imitan del ejemplo que les demos. 

Así como a la mayoría nos gusta que los hombres sean caballerosos con nosotras, y a los hombres que las mujeres sean educadas, como madres, debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños a ser caballero con los demás. Como planteo, ellos aprenden por imitación, imitarán al modelo que tienen en casa. Debemos enseñarles a ser educados y explicarle el porqué de las cosas. 
A mis hijos mayores creo que los tengo cansados de tanto que les repito  que por favor digan buenos días, tardes o noches cuando llegan a algún lugar o cuando simplemente entran a un ascensor. Una vez mi hija, que en ese entonces tenía 5 años, me dijo que para qué decir buenas tardes si mucha gente no le contestaba su saludo.  Le dije que al decir su saludo ella quedaba como bien educada y los demás que no contestaban quedaban como si tuvieran poca educación. Ahora es automático el decir buenos días al entrar a un elevador o llegar a un lugar.

Mi hijo se sintió muy feliz de haberme ayudado y yo  extremadamente orgullosa, me encanta cuando hace de las suyas y se gana a la gente con el simple acto de saludar o abrazar a alguien para dar las gracias.

Los buenos modales no están de más y nunca pasan de moda, al contrario, siempre abren muchas puertas. Lo he vivido en carne propia.

GN