viernes, 27 de febrero de 2015

La "grinch" hospitalaria

Hace un par de días conversaba con una amiga que está pronta a tener su segundo bebé. Durante la plática llegamos al punto de la estancia en el hospital y la costumbre en nuestro país (no se si pasa en otros) de la casi recepción contínua de personas y visitantes durante los dos a tres días que la madre y el recién nacido están esperando para ir a casa.

Yo le comentaba que muchas personas abusan en este sentido y en ambas direcciones. ¿Por qué? 
1-La mamá después de haber tenido una larga espera para conocer a la criatura, quiere estar con el/la bebé, apacharlo y deleitarse solo con verle a la cara, además el cansancio mental y físico de haber pasado por el parto o la cesárea nos deja a la mayoría de nosotras extenuadas, realmente es muy difícil atender a las visitas y tener una cara reluciente, la podremos tener radiante de felicidad por tener a nuestro retoño, pero no de la visitadera y flujo contínuo de gente. A veces nos duele solo la acción de levantarnos de la cama o sentimos una presión horrible en la herida cuando tenemos ganas de "hacer pis", entre el dolor, la molestia al caminar y las hormonas en su máxima expresión del desorden, créanme que muchas de nosotras en ese momento no tenemos muchas ganas de ver o de atender a las visitas.

2- Se supone que una vez que nuestro preciado tesoro nace hay que alimentarlo y nuestro tabajo es brindarle lactancia materna. Pero resulta sumamente difícil hacerlo si tienes 10 ojos viéndote. Si somos mamás por primera vez es peor porque no tienes la astucia de pegártelo bien y a veces cuesta. Entonces está la abuelita por un lado  ayudándote  para que el bebé se pegue, alguna "amiga" por ahí  diciéndote que probablente no tengas leche y que por eso el bebé no se prende de la teta así  que mejor le des fórmula, alguna otra persona que comenta que es mas fácil no dar pecho o que tus pezones son o muy grandes o muy pequeños para la boca de tu bebé. Entonces uno desesperado deja de dar pecho y llama a alguna enfermera para que le den lechita al bebé porque el pobre va a morir de hambre.

3-Todos sabemos que el hecho de que nazca un bebé es un acontecimiento importante y una celebración, pero todo debe tener su lugar. No es posible que las fiestas se hagan en la misma habitación de la madre puérpera. Yo he llegado a pasar la visita  médica al recién nacido y me he encontrado con incontable cantidad de personas en el cuarto de la recién hecha mamá, niños corriendo por el pasillo del hospital, música y hasta meseros pasando boquitas a los visitantes. Es muy diferente tener recordatorios para ofrecer a los familiares y algo de picar si quieren, pero no para que la afluencia de visitas almuerce o cene en el hospital, no es una discoteca, no es para que los compadres del papá se "arranquen" en el hospital. Vamos, ES UN HOSPITAL,  con probablemente personas enfermas en las habitaciones contínuas, que les molesta el ruido porque no pueden descansar.

4-A veces uno que otro visitante acude, probablemte sin mala intención, resfriado. Yo estoy segura, que nadie se va a molestar si no van a visitar al bebé. ¿Saben el riesgo que esto conlleva? Y para acabar quieren ver o cargar al bebé. Increíble, pero pasa a menudo aunque no lo crean.

En resumidas cuentas, puedo sonar como la "grinch" hospitalaria, pero cada cosa y cada momento tiene su lugar y su tiempo.  No estoy en contra de la visitadera de las personas, pero 5-10 minutos de visita son mas que suficientes. En algunas ocasiones resulta prudente preguntarle a la madre o al padre si pueden visitar, o si prefieren que sea en otra ocasión. Como digo, todo nacimiento debe ser motivo de alegría y de fiesta, pero no fiesta dentro del cuarto de la madre y el recién nacido en el hospital.
Imaginen que ustedes estubiesen por 9 meses en un lugar silencioso, con poco ruido y con tranquilidad total y de repente se encuentran en medio de la ciudad entre escándalos, virus y bacterias alrededor, risas y jamaqueos. Creo que todos nos sentiríamos algo atolondrados.

Siempre que vayamos a visitar a alguien al hospital, pensemos cómo se puede sentir la persona y tratemos que la visita sea del tiempo necesario para que sepan que nos interesamos por el visitado. Debe ser derecho de la madre poder elegir si quiere o no recibir visitas, a veces los compromisos sociales pasan a segundo plano.

GN, la "grinch hospitalaria" en pro de la madre y el recién nacido.

jueves, 19 de febrero de 2015

Increíble

Estas semanas he atendido mas pacientes de lo habitual para completar esquemas vacunales atrasados. Desde que se desató la epidemia de sarampión en Estados Unidos, muchos padres que van a viajar hacia ese país acuden un par de días antes para que se les coloquen las vacunas atrasadas y a veces específicamente la MMR (rubéola, sarampión y paperas) por miedo a ser contagiados. Según la OMS en el 2013 hubo 145 700 muertes por sarampión en todo el mundo, es decir, cerca de 400 por día y 16 por hora.

Mi intriga siempre será la misma: ¿por qué la vacunación a los niños no es prioridad para algunos papás? Será que no saben lo importante que son las vacunas, será que no piensan que algunas de las enfermedades prevenibles secundariamente a las vacunas pueden causar la muerte a los niños o dejarlos con secuelas graves. Es que no encuentro otra explicación lógica. Debe ser que en mi formación científica se insistía en la vacunación y en los múltiples beneficios, pero la verdad no hay que ser científico para comprender esto. ¡Entonces no logro entender!

La razón ilógica de las corrientes antivacunas, sinceramente, me tiene muy preocupada y bastante harta. Si muchos padres sabemos que no vacunar está mal y pone en peligro a los niños y al resto que los rodea, ¿por qué  no lo critamos igual que cuando le hacen "bullying " a un niño y atenta contra su salud mental? Lo peor es que estas corrientes antivacunas van en aumento en vez de ir en descenso. La mala decisión de no vacunar teniendo la opción de hacerlo y gratis por parte del Estado, debería ser sancionada. Eso de que las vacunas causan autismo o ciertos problemas mentales está requete comprobado que es falso. Pero parece que más  ha podido un bochinche de un médico farsante que creó esta corriente que la realidad, es mas fácil echarle la culpa a las vacunas.

Siempre he respetado la forma de pensar de cada quien, cada padre debe decidir por sus hijos y debe criarlos como mejor les parezca, pero tomar la decisión  de no vacunar, no solo pone en riesgo a ese niño en particular, si  no a todos los que lo rodean. No es justo que por esa mala decisión otros niños paguen las consecuencias.

¿Sabían que las complicaciones del sarampión, por poner un ejemplo, pueden llevar a la muerte y  son más frecuentes en menores de 5 años y adultos de más de 20 años?. Las más graves son la ceguera, la encefalitis (infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar deshidratación), las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves, como la neumonía. Y qué decir de las consecuencias de la no vacunación y enfermedades prevenibles en niños y personas con enfermedades crónicas o alguna inmunodeficiencia (como niños con cancer o nefrópatas).

¿Será que estaría correcto, como están haciendo algunos médicos en EEUU, que se le niegue la atención médica a niños no vacunados?, difícil hacerlo.
Insisto, estos padres deberían ser sancionados o multados.

Aplaudo a todos los papás que sí tienen como prioridad la salud de sus hijos y los vacunan. Los están protegiendo de muchas enfermedades. Cada vez que veo a un niño con esquemas de vacunación completo me regocijo.

En Panamá no hay sarampión desde hace 20 años gracias a las vacunas. En el 2011 hubo unos pocos casos pero fueron importados. Falta ahora que por la mala decisión de algún progenitor, algún niño  sea contagiado y traiga el sarampión  nuevamente a nuestro terruño. ¡Ojalá que no! Y qué decir de aquellos médicos que no colocan vacunas porque en nuestro país no hay ciertas enfermedades, también es imperdonable. Pero eso es otro tema de igual o peor gravedad.

Vuelvo y repito, las decisiones que tomamos para nuestros hijos son nuestra responsabilidad, pero si involucra la salud de otros debe ser responsabilidad de todos.

GN

viernes, 13 de febrero de 2015

¿Será que algún día aprenden?

Hoy en la mañana estaba saliendo en auto de un Hospital de la localidad y tenía que girar hacia la mano izquierda en un cruce. Al ver hacia la derecha para cerciorarme que no venía algún carro, tomo a mano izquierda, al doblar veo que justo frente a mi vehículo estaba cruzando una niña que podía tener no mas de 14 años. Frené inmediatamente y creo que por un centímetro no la atropellé. La adolescente puso cara de furiosa y creo que probablemente me insultó. Me puse en "modo mamá" y bajé la ventanilla del auto y le dije que para la próxima vez cruzara por la línea de seguridad para que no la atropellaran.

¿Qué tan difícil es que los peatones respetemos las supuestas reglas viales? Entonces me puse a buscar en internet y en realidad hay muy poco sobre seguridad vial y educación en cuanto a las normas de seguridad de y para los peatones. Incluso en el Reglamento de Tránsito de Panamá en el título III habla de las normas de comportamiento de los peatones en el tránsito y solamente son 9 artículos y hablan de niños en uno de ellos. Cito textual el artículo 104: "Los peatones menores de doce (12) años, deberán cruzar las vías públicas acompañados de una persona mayor de dieciseis (16) años que se encuentre en condiciones físicas y mentales normales".  No dice nada mas  de menores de edad y el resto son recomendaciones someras y poco específicas. 

Algunas escuelas enseñan algo de educación vial, otras no. Queda en nosotros los padres enseñarle a los niños a: 
• Cómo cruzar la calle y cómo desplazarse por ella acompañados.

Saber caminar por la acera y cruzar de forma segura. Algunos niños salen corriendo y sin mirar cuando atraviesan calles.

Caminar por sitios seguros y saber cruzar, además de cuándo deben ir acompañados.

Conocer los sitios cerrados sin tráfico y seguros para jugar. No en la calle o a la orilla de las carreteras.

Conocer la carretera por donde necesariamente tengan que desplazarse y el comportamiento seguro que se debe mantener (acompañados). Sobre todo en los niños que caminan hacia y desde la escuela.

Comportarse adecuadamente en el autobús escolar (esperar, subir, estar sentados y bajar ordenadamente). Me ha tocado ver cuando llegan los niños de la escuela o ver busitos escolares junto a mi auto y los niños dentro estan de pie y la mayoría sin cinturones de seguridad.

En mi casa tengo campaña perpetua de mirar a ambos lados antes de cruzar la calle, de mirar y ser cuidadosos en los estacionamientos porque a pesar de estar en estacionamientos de apartamentos o residenciales, hay autos que circulan como si estuviesen en circuitos de fórmula 1. A pesar de mi insistencia en este tema,  aún así a veces mis hijos quieren salir corriendo y por ende yo gritando atrás de ellos que no corran o uno que otro alarido de cuidado con el corazón en un hilo y taquicardia de pensar que los pudiesen haber atropellado. Les tengo prohibido que caminen mirando tabletas, teléfonos celulares o escuchando música con audífonos. Pensarán que soy una mamá necia pero, o sigo insistiendo y gritando u ocurre algún accidente prevenible.

Voy a preguntar en la escuela de mis hijos si hay charlas de educación vial o si no propondré darlas yo misma. Si alguien se entusiama me avisa.

Lástima que la adolescente casi atropellada y la que me mandó la mirada fulminante nunca se va a enterar que ella no estaba por la línea de seguridad, ojalá nunca la atropellen o que aprenda a cruzar por la vía correcta.

GN

viernes, 6 de febrero de 2015

Empecemos a crear un equilibrio

Jueves, 5 de enero de 2015
10:50 pm

 
Acabo de regresar de una conferencia sobre un programa alimenticio de detoxificación dada por el Doctor que creó el programa en sí. Este método lo conocí y aprendí a hacerlo gracias a mi hermana que lo instauró practicamente como su estilo de vida por los buenos resultados que obtuvo,  probablemente los mismos que obtuvimos mi esposo y yo al hacerlo.

Desde hace aproximadamente un año estoy tratando, hasta donde se pueda y me sea posible, cambiar mis hábitos alimenticios y los de las personas que habitan en casa. Cocinamos con alimentos frescos y naturales, sin condimentos enlatados, salsas artificiales, eliminamos los edulcorantes e introducimos bastantes verduras y frutas a la dieta familiar. Con los niños el proceso ha sido mas lento pero lo seguimos intentando.

Durante la conferencia preguntaron que si el programa se podía aplicar a niños y el doctor conferencista dijo que por no tener experiencia con niños pues no lo recomendaba.
En realidad, la idea central de todo esto, es crear hábitos alimenticios buenos, que nos vayamos dando cuenta que si comemos bien nos sentimos bien, que el refrán que dice "somos lo que comemos" tiene mucho de cierto.

Si los niños nos ven comer sano y se acostumbran a la buena comida,  crecerán con el concepto que eso es lo normal y lo tomarán como parte de sus vidas, pero si comemos mal y abusamos de la comida chatarra, la comida hecha con ingredientes no naturales y poco saludable, les hacemos entender a los niños que  eso es lo que es normal y es lo que está bien. Si comemos con bebidas artificiales y gaseosas y no tomamos agua, los niños lo toman como que es lo normal y como parte del diario vivir. Por eso vemos como muchos niños toman poca agua y exigen que se les lleve a comer a ciertos restaurantes de comida rápida. No estoy diciendo que de vez en cuando haga daño, en el mundo moderno que vivimos hay que crear el equilibrio pero debemos inclinar la balanza a los hábitos que nos van a hacer sentir mejor por mucho tiempo.

Cada bebé, cada niño y cada familia es distinta. Todos tenemos conceptos distintos de lo que es bueno y es malo. Pero crear conciencia de las cosas que son beneficiosas para nuestro organismo en cuanto a la alimentación se refiere debería estar influenciada positivamente por los pediatras y dar consejos a los padres.

Muchas veces al ir introduciendo alimentos nuevos a la dieta de los bebés como unas simples espinacas, algunos de los padres dicen que no se las van a dar a los niños porque ellos no las comen y así con cualquier vegetal o fruta, también me ha pasado que si al recomendar que le den entre los 8-9 meses la quinua me responden que ni la conocen y que no la van a comprar. En cambio a los 10 meses son pocos los bebés que no han probado helado ya que voluntariamente los padres o abuelos  se lo dan a probar a los niños. Por supuesto que hay padres que siguen instrucciones al pie de la letra y le dan a los niños solo lo que se recomienda aunque ellos no lo coman, pero la idea es crear el concepto de lo que significa y lo que repercute la comida sana en nuestro organismo y todos los sistemas del cuerpo.

Me ha tocado también quitar a cierta edad la leche o alimentos con gluten por síntomas ya crónicos que presentan los niños, con extraodinarios e increíbles resultados,  pero esto no es una receta de cocina, no todos los niños son iguales, cada uno es único a pesar que tenemos los mismos sistemas y órganos. Lo ideal es evaluar y conocer la historia clínica y la evolución de cada paciente e individualizar los tratamientos o intervenciones.

Lo que sí está claro es que comer saludable y con la menor cantidad  de químicos, conservantes y  alimentos procesados beneficia no solo al niños si  no a toda la familia.

En casa seguimos cocinando saludable, mi hija mayor ya prueba todo lo que le damos y ha ampliado su dieta, el bebé de un año es fanático de las frutas, come verduras y hasta arroz integral, el que nos ha costado mas es el del medio pero seguimos intentando hasta que algún día logremos que coma de todo. Incluso a las nanas les gusta comer saludable y me ayudan en el mini huerto casero que estamos tratando de hacer en casa para consumo propio. 

Si somos lo que comemos confieso que a mi muchas veces me gustaría ser un gran chocolate, pero poco a poco las ganas de serlo se van reemplazando por otros tipos de comida y por las ganas de sentirse bien y con energía. Sigo comiendo chocolate cuando quiero,  pero si lo comparo al año pasado antes de entrar "en la onda de la alimentación saludable" es mucho menos, crear el balance y el equilibrio es lo ideal y solo depende de cada uno de nosotros.


GN