jueves, 19 de febrero de 2015

Increíble

Estas semanas he atendido mas pacientes de lo habitual para completar esquemas vacunales atrasados. Desde que se desató la epidemia de sarampión en Estados Unidos, muchos padres que van a viajar hacia ese país acuden un par de días antes para que se les coloquen las vacunas atrasadas y a veces específicamente la MMR (rubéola, sarampión y paperas) por miedo a ser contagiados. Según la OMS en el 2013 hubo 145 700 muertes por sarampión en todo el mundo, es decir, cerca de 400 por día y 16 por hora.

Mi intriga siempre será la misma: ¿por qué la vacunación a los niños no es prioridad para algunos papás? Será que no saben lo importante que son las vacunas, será que no piensan que algunas de las enfermedades prevenibles secundariamente a las vacunas pueden causar la muerte a los niños o dejarlos con secuelas graves. Es que no encuentro otra explicación lógica. Debe ser que en mi formación científica se insistía en la vacunación y en los múltiples beneficios, pero la verdad no hay que ser científico para comprender esto. ¡Entonces no logro entender!

La razón ilógica de las corrientes antivacunas, sinceramente, me tiene muy preocupada y bastante harta. Si muchos padres sabemos que no vacunar está mal y pone en peligro a los niños y al resto que los rodea, ¿por qué  no lo critamos igual que cuando le hacen "bullying " a un niño y atenta contra su salud mental? Lo peor es que estas corrientes antivacunas van en aumento en vez de ir en descenso. La mala decisión de no vacunar teniendo la opción de hacerlo y gratis por parte del Estado, debería ser sancionada. Eso de que las vacunas causan autismo o ciertos problemas mentales está requete comprobado que es falso. Pero parece que más  ha podido un bochinche de un médico farsante que creó esta corriente que la realidad, es mas fácil echarle la culpa a las vacunas.

Siempre he respetado la forma de pensar de cada quien, cada padre debe decidir por sus hijos y debe criarlos como mejor les parezca, pero tomar la decisión  de no vacunar, no solo pone en riesgo a ese niño en particular, si  no a todos los que lo rodean. No es justo que por esa mala decisión otros niños paguen las consecuencias.

¿Sabían que las complicaciones del sarampión, por poner un ejemplo, pueden llevar a la muerte y  son más frecuentes en menores de 5 años y adultos de más de 20 años?. Las más graves son la ceguera, la encefalitis (infección acompañada de edema cerebral), la diarrea grave (que puede provocar deshidratación), las infecciones del oído y las infecciones respiratorias graves, como la neumonía. Y qué decir de las consecuencias de la no vacunación y enfermedades prevenibles en niños y personas con enfermedades crónicas o alguna inmunodeficiencia (como niños con cancer o nefrópatas).

¿Será que estaría correcto, como están haciendo algunos médicos en EEUU, que se le niegue la atención médica a niños no vacunados?, difícil hacerlo.
Insisto, estos padres deberían ser sancionados o multados.

Aplaudo a todos los papás que sí tienen como prioridad la salud de sus hijos y los vacunan. Los están protegiendo de muchas enfermedades. Cada vez que veo a un niño con esquemas de vacunación completo me regocijo.

En Panamá no hay sarampión desde hace 20 años gracias a las vacunas. En el 2011 hubo unos pocos casos pero fueron importados. Falta ahora que por la mala decisión de algún progenitor, algún niño  sea contagiado y traiga el sarampión  nuevamente a nuestro terruño. ¡Ojalá que no! Y qué decir de aquellos médicos que no colocan vacunas porque en nuestro país no hay ciertas enfermedades, también es imperdonable. Pero eso es otro tema de igual o peor gravedad.

Vuelvo y repito, las decisiones que tomamos para nuestros hijos son nuestra responsabilidad, pero si involucra la salud de otros debe ser responsabilidad de todos.

GN

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