Estoy sentada pensando que escribir mientras acompaño a mi hijo a un cumpleaños. Mirando alrededor me doy cuenta que hay más nanas acompañando a los niños que mamás o papás.
No tengo nada en contra de las nanas, pues en esta vida moderna, donde ambos padres tienen que trabajar, son muy necesarias. No estoy diciendo que esté mal que las nanas vayan a cumpleaños, pero hay mamás que nunca llegan a ningún cumpleaños o a las actividades de sus hijos. No soy quien para criticar ni juzgar, pero a veces delegamos muchas cosas en las nanas y con un poquito más de esfuerzo lo podríamos hacer nosotras. Bueno, la fiestita está apenas iniciando, así que esperemos que vengan más mamás.
Se sabe que el apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus padres o con las personas que lo cuidan y además les proporciona a nuestros hijos la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad. La tesis fundamental de la Teoría del Apego es que el estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño es determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto que no es más que la persona con que se establece el vínculo, ya sea la nana, la madre, el padre o alguna abuela.
He visto mamás que van con la nana a todos lados: al super, al parque, a una fiesta, a la clase de natación o a cualquier actividad del niño y la nana se hace cargo del niño en todo momento, las mamás sólo acompañan. Incluso si va al cumpleaños la nana es la que le da de comer al niño mientras la mamá habla con otra amiga. Acepto que cuando mi primera hija estaba pequeña caí en este error, pero me he dado cuenta que esos momentos en que no estoy con ellos es tiempo que no va a regresar y son momentos que me pierdo. Los hijos serán niños por un periodo muy breve, tendremos mucho tiempo para volver a hacer nuestras actividades, para salir, para poder sentarnos tranquilamente a comer o a conversar. Me he quejado miles de veces que hay días en que ni siquiera puedo ir al baño sola porque tengo "colitas" que me acompañan o que escucho miles de "mamis" al día, pero la infancia de nuestros hijos es breve; es el momento de establecer una relación de amor, confianza y de complicidad con ellos.
Las personas que no me conocen, no se imaginan que soy médico, trato de ir a todas las actividades de mis hijos, claro que ser mi propia jefa me ayuda mucho y la mayoría del tiempo puedo asistir y ajustarme a ellas, otras veces por urgencias médicas me las pierdo y me siento mal por ello.
Creo que vale la pena privarme de algunos gustos durante unos años con tal de pasar tiempo con mis hijos. Lo disfruto mucho aunque me hale los cabellos en ocasiones. Ahh bueno y sólo por comentarles al final del cumpleaños llegaron muchas mamás. No nos desconectemos, son nuestros niños, lo más preciado que tenemos. Recordemos que nos están ayudando y no reemplazando.
GN