viernes, 24 de enero de 2014

A nadie parece interesarle esto...

 Hay una imagen que quedó grabada en mi memoria por siempre, no tengo idea cuántos años tendría yo, pero creo que tenía menos de 8 años.  Estaba con mi madre en el auto pasando por Obarrio y vimos un carro que acababa de sufrir un accidente, al lado un padre corriendo desesperado pidiendo ayuda con una niña en brazos la cual tenía ensangrentada la cara y la ropa, recuerdo que esos segundos pensé que había que ayudarlos, al parecer la niña con el impacto se había salido del auto. Hasta ahí llega el recuerdo, no se qué pasó con aquella niña y dudo que mi madre sepa o lo recuerde.

Este pasaje pasó por mi mente hace algunos meses cuando iba manejando con mi hijo de 4 años en el asiento trasero. Estábamos en medio del  tráfico de las 5 pm y los carros se movían muy poco. Mi hijo, en un momento quiso pasarse para adelante y yo por tratar de detenerlo no me fije que el auto de adelante frenó de repente y ¡pum! le di al carro por detrás. Nada grave, colisión menor. ¡Si mi hijo hubiese ido en su silla!, pensé.

En nuestro querido país, no hay ley que regule que obligatoriamente los niños vayan en el asiento de atrás y mucho menos sentandos en sillas especiales. ¿Sabían que los niños deben ir sentados en este asiento hasta los 12 años? Sólo aparece en el artículo 183 del reglamento de tránsito y seguridad vial lo siguiente: "Para el transporte en automotores, de menores de dos años o cuyo peso no exceda de quince Kilogramos debe proveerse una silla de seguridad debidamente sujeta por cinturones de seguridad". Ni siquiera hay multa.

Cuando los bebés son pequeños y van de 0 a  12 meses deben viajar en un asiento de seguridad instalado mirando hacia atrás. 

Entre los 1  y los 3 años se recomienda mantener a los niños en asientos instalados hacia atrás hasta que lleguen a los límites de peso y altura de los asientos permitidos por el fabricante. Una vez que el asiento instalado hacia atrás le quede pequeño al niño, éste deberá viajar en un asiento instalado mirando hacia delante con un arnés.

Entre los 4 y los 7 años los  niños deben ir en asientos instalados hacia delante igualmente con un arnés. Una vez que el asiento hacia delante  le quede pequeño al niño, éste deberá viajar en un asiento elevado "Booster" asegurado con un cinturón de seguridad, pero siempre en el asiento trasero.

Entre los 8 y los 12 años lo ideal es mantener a los niños en un asiento elevado “Booster” hasta que sean lo suficientemente grandes para que les quede el cinturón de seguridad apropiadamente abrochado. Para que un cinturón de seguridad les quede correctamente a los niños, los cinturones de regazo deben estar bien ajustados sobre la parte superior de los muslos, no el estómago. Los cinturones de hombro deben quedar bien ajustados sobre el hombro y pecho, y no cruzarse sobre el cuello o la cara. 

¿Por qué nadie habla de esto? He visto incontables veces bebés y niños que viajan en el asiento delantero solos o sentados sobre alguien. ¡Qué peligro! Se sabe que sí sentamos a los niños sobre alguien y se coloca el cinturón de seguridad para ambas personas y por mala suerte ocurre un accidente, lo que ocurre es un efecto cuchillo y el más lesionado será el niño, incluso con graves lesiones internas. También está súper estudiado que si el niño va en el asiento delantero y ocurre una colisión que active la bolsa de aire, el efecto es de aplastar al niño causándole incluso la muerte.

Ahora que estamos en tiempo de campañas políticas, debería haber alguien que se interese por esto, pero como este tema, para la mayoría de la gente,  no es importante creo que seguiremos igual. ¿Será que si motivo a algunas personas logramos hacer la campaña? Si empezamos a prohibirle a los niños que vayan obligatoriamente en el asiento trasero, algo hemos logrado. Necesitamos educación  y cultura de seguridad vial urgente.

GN


viernes, 3 de enero de 2014

Doctora, mi hijo tiene fiebre...

Sinceramente no se  por qué la mayoría de los padres le tienen tanto miedo a la fiebre. 
La fiebre no es más que un aumento en la temperatura corporal por encima de lo que se considera normal, es causada por algún evento fisiopatológico (infección, inflamación) y funciona como un suceso adaptativo ayudando al cuerpo a combatir los organismos que causan enfermedades; en otras palabras, la fiebre es un mecanismo de defensa.

La fiebre como tal no es grave. Lo importante es averiguar qué es lo que la está causando. Sólo temperaturas muy altas (más de 41°C) son riesgosas para la vida, independiente de la enfermedad causal. A la mayoría de los padres, les preocupa que por la fiebre su hijo pueda convulsionar. Una convulsión febril puede ser muy aterradora y desesperante para cualquier padre o cuidador. Sin embargo, la mayoría de las veces, no causan ningún daño y no quiere decir que el niño tenga un problema de salud prolongado o serio. La mayoría de estas convulsiones por fiebre ocurre en las primeras 24 horas de una enfermedad y no necesariamente cuando la fiebre está en su punto más alto, incluso cualquier infección puede desencadenar una convulsión febril.

La Academia Americana de Pediatría recomienda llamar al doctor si el bebé entre 3 y 6 meses de edad presenta una temperatura de 38,3 grados C o bien, si tiene más de 6 meses y una temperatura de 39,4 grados C o más solamente o con los siguientes síntomas: pérdida de apetito, tos, dolor de oído, irritabilidad, somnolencia, vómitos, diarrea o dificultad para respirar. Yo recomiendo que se llame al doctor, cuando, aparte de lo anotado, el niño está muy decaído o incluso cuando es el primer episodio de fiebre que le da al niño porque generalmente en este episodio los padres se ponen muy nerviosos y no saben qué se debe hacer.

La gran mayoría de las veces, a nosotros los Pediatras, no nos sirve de mucho evaluar al niño a las pocas horas de iniciada la fiebre cuando no hay más síntomas, porque al examen físico no se encuentra mayor cosa, y en un par de días aparecen otros signos o síntomas y el paciente tiene que regresar al médico. Incontables veces he evaluado a niños con fiebre de pocas horas de evolución sin encontrar nada al examen físico y los padres se han decepcionado por no encontrar la causa, pero créanme que con tan pocas horas de fiebre, generalmente NO encontramos nada, a menos que el pequeño ya tenga algún cuadro infeccioso evidente que cambia totalmente el panorama. En cambio, si el bebé tiene fiebre y es menor de 3 meses, si hay que acudir inmediatamente al médico porque las causas de la fiebre tienen que ser investigadas con prontitud.

No quiero ni mencionar cuando nos dicen que el niño tiene fiebre por dentro o solamente en la cabeza, porque la verdad aún no logró entender bien el concepto, pero eso es harina de otro costal y lo mencionaré en otra ocasión así como, cuando se supone que les da fiebre porque los ojearon.

Todos los padres nos asustamos con los primeros cuadros de fiebre de nuestros hijos, hasta a mi me pasó con mi primera hija, es totalmente normal, pero con las enfermedades durante los primeros años de los hijos aprendemos a manipular la fiebre y se nos va quitando el miedo poco a poco.

GN