viernes, 26 de diciembre de 2014

El regalo que más les gustó...

Hace unas semanas mi esposo me mandó un "post" que decía que los regalos mas importantes para los niños los deberían de dar los padres y no el señor vestido de rojo. Me pareció muy atinado comentario ya que eliminas los pensamientos en los niños de por qué algunos niños reciben mas regalos que otros o simplemente que hay niños que no reciben nada. Lo que en realidad en la mente de los niños podría tratarse de discriminación o simplemente frustación para otros.

Este año decidimos ponerlo en práctica y lo que realmente deseaban mis dos hijos mayores era el mismo regalo que incluso podían compartir, por lo que ese fue nuestro regalo para ellos y lo que fue departe del ayudante del Niño Dios fueron 2 regalos simbólicos. Por supuesto que quedaron felices y por otra parte es un método que podemos usar para que comprendan también por qué los papás trabajamos y por qué a veces nos ausentamos del hogar por estar laborando, hace que valoren lo que hacemos que en gran parte es por ellos y por su felicidad.

No estoy diciendo que lo importante son los regalos materiales , aunque es difícil hacerle entender a un niño por qué no puede recibir un regalo específico por ser costoso, hay que intertarlo con actos, ellos irán comprendiendo el verdadero significado de regalar, por lo que pienso que es muy importante que aprendan a considerar que el valor del mismo lo define el amor con el que fue elegido para esa persona especial, no el costo monetario del regalo.

Cuando hoy le preguntaban a mis hijos mayores, de 8 y 6 años, qué regalo les había gustado mas ambos reapondían el que mami y papi les regalaron. Veremos cómo transcurre el próximo año y qué otras estrategias seguimos usando para enseñar que los mejores regalos son los que se reciben con amor de las personas que nos aman.

GN


viernes, 19 de diciembre de 2014

¡Qué regalote!

Amo estas fechas, me llena de mucha alegría como a mucha gente le ocurre. A otras les pasa lo contrario y no están de muy buen humor secundariamente a los tranques, el bullicio, la cantidad exagerada de compromisos sociales, los almacenes a tope y por algún otro motivo más. Aparte que entre todos los enredos que involucra este mes hay que seguir laborando y en ocasiones más que otros meses.

Ayer estaba en la consulta como una mañana corriente y creo que me cayó muy bien la cita que les paso a describir:
Entra una pareja de extranjeros procedentes de un país de Europa, al lado de ellos una niña panameña probablemente de ascendencia indígena. Hablando perfecto inglés y muy poco español me comentan que quieren hacerle una revisión a la chiquita de 5 años para saber si todo estaba perfecto. La pequeña niña con estatura y peso de una niña de 3 años a causa de su desnutrición irradiaba felicidad. Tenía una cicatriz por haber sido operada de labio leporino y paladar hendido, pero aún así su sonrisa era espectacular, de esas que te llegan al corazón y al alma.

La pareja está en trámites de adopción, sólo están en Panamá para arreglar el molesto papeleo que dura casi 5 meses. Dejaron toda su vida en pausa desde su lejano país para venir a nuestro suelo istmeño. 


La niña ya tiene casi un mes con ellos y pareciera que los conociera de toda la vida. Le hablan una mezcla de español y sueco pero no me pareció en lo absoluto que a la niña le molestara.

Luego de acabar la jornada laboral me puse a pensar que tener hijos es una bendición, una alegría perpetua, una emoción indescriptible y luego que tienes a tus hijos no puedes imaginar tu vida sin ellos. Esta pareja, luego de hacer hasta lo imposible, viajan a un país desconocido para encontrarse con la que será el amor de sus vidas, la que les dará alegrías contínuas y cansancios que pasan rápido porque la sonrisas harán que el alma sea capaz de tener energías infinitas.


Creo que yo hubiese hecho lo mismo. Me comentaron que cuando les llegó la carta por correo electrónico que decía que tenían esa oportunidad ni siquiera lo pensaron, sólo tenían la edad de la niña y las características físicas, obvio que cero similar a ellos.
Y nosotros acá, en nuestra vida cotidiana, nos quejamos de nimiedades. No nos damos cuenta muchas veces que somos afortunados y que lo que tenemos es excepcional.

Luego de reflexionar yo sola con mi cerebro, me alegro mucho por la pareja y por la niña, estoy segura que la niña será feliz y que recibirá amor a montones, que toda la falta de cariño que no tuvo en estos 5 años será remunerado con creces. Que mejor regalo de Navidad para esa nueva familia, a veces es suficiente recibir cariño y brindarlo, incluso ese regalo es más valorado que dar algo material sin cariño alguno.


Estoy muy feliz por ellos y por la criatura, estoy feliz porque tengo hijos que  complementan mi vida de manera perfecta, ¿qué mejor regalo que ese?

GN

jueves, 11 de diciembre de 2014

Mami, ¿te ayudo?

El domingo pasado estaba en casa con mis tres hijos, una tiene 8 años y los varones tienen 5 y 1 año. Era uno de esos días en que los niños corren por toda la casa, pelean por cosas sin importancia, gritan y hablan a la vez que el bebé llora. Cuando decía algo entonces nadie me hacía caso porque cada uno estaba liado en lo suyo y el bebé por su parte sacaba todas las ollas en la cocina. Fue entonces, como una mamá cualquiera, se me salió la "mamá monstruo" que llevo dentro y grité: "¿por qué nadie me hace caso cuando hablo?".  Mi hijo de 5 años se paró en seco, se me quedó mirando y me dijo: por qué dices eso?, no grites mami. Le contesté que porque estoy hablando hace rato y ninguno me hace caso. Se me queda viendo con cara del gato con botas de Shrek y me dice dulcemente: mami, ¿en qué te puedo ayudar?. Le respondí: levanta los platos de la mesa y llévalos por favor al fregador. Acto seguido agarró su platito y su vaso, los llevó donde le indiqué y me dijo con una gran sonrisa: listo mami, ¿algo mas en que te pueda ayudar?

Por supuesto que luego de su gesto se me pasó el mal humor, le di un abrazo y le agradecí su actuar.

La mayoría de los padres le gritamos a los niños en algún momento. Sabemos que si elevamos el tono de voz en una situación determinada puede causar el efecto que deseamos pero si esto es constante, el niño se acostumbrará, los gritos no tendrán el efecto que pretendemos y pasaremos de ejercer la autoridad con los hijos al autoritarismo. Además, el uso constante de los gritos puede conllevar al deterioro de la autoestima del niño, no se sentirá valorado o querido por nosotros los padres y pueden convertirse en niños rebeldes que constantemente nos desafíen.

Los padres somos el ejemplo para nuestros pequeños, si tenemos una conducta agresiva causamos un impacto directo sobre los niños, incluso pueden adoptar esta conducta agresiva y se acostumbrarán a gritar.  Luego se comportarán igual con los amigos, conocidos o incluso contra nosotros mismos.

Siempre trato de no gritar en casa, la mayoría de las veces lo logro, pero en ciertas ocasiones como ese domingo simplemente los gritos fluyen sin pensarlo. Ese día el que me dio una lección fue mi hijo y me hizo recapacitar que no ganaba nada gritando en casa sino que lograba ofuscarme mas.

Si tenemos un mal día o nuestros hijos llevan portándose mal un buen rato tratemos de buscar la solución de manera pasiva. Igual pienso que uno que otro grito de vez en cuando no causa ningún efecto y seguramente la mayoría de los padres necesitamos gritar una que otra vez. Solo tratemos que no sea todo el día y cada vez que regañemos a nuestros hijos.


GN

viernes, 5 de diciembre de 2014

Gracias

Siempre me ha gustado leer y escribir, siento que un pedacito de mi se expresa mejor por medio de las letras que por medio de las palabras. Antes que naciera este blog escribía solo para revistas, periódicos o simplemente escribía y los documentos quedaban guardados en la computadora sin que nadie mas los leyera.

Luego de nacer mi tercer hijo, mientras estaba de licencia por la maternidad y sin ir a trabajar, inicié a plasmar cortos escritos que publicaba en mi página personal de "facebook", luego por recomendación de una buena amiga cree el blog, una página especial para las redes sociales más vistas en nuestro país. Luego de aproximadamente 14 meses de escritura contínua me siento feliz por tratar de contribuir a la educación contínua de los seguidores y lectores. 

La mayor cantidad de lectores de esta página según las estadísticas son mujeres jóvenes entre 24-40 años, las cuales están conectadas a internet entre las 6 am y las 11 pm, y cuyos "post" favoritos son aquellos que  describen algo sentimental en cuanto a la maternidad, escritos tristes sobre eventos que ocurren con los hijos o sobre críticas a la sociedad.

Creo que el 90% de las personas que me comentan en la calle sobre los ecritos son mamás emprendedoras, que luchan por educar a sus hijos de la mejor manera posible, por enseñarle valores que los ayudarán en un futuro, mamás que ansian tener hijos sanos tanto física como mentalmente. Un pequeño porcentaje son abuelas que comparten con sus nietos y que ahora ven la vida de los niños de una forma diferente y desde otro punto de vista. Algunas trabajan y otras no, lo que sí está claro es que todas trabajamos por disfrutar a los niños, pasamos los mismos páramos, nos desesperamos y nos alegramos por los mismos eventos desafortunados y afortunados. Cada una a su manera pero con objetivos similares.


Quiero darle las gracias a todas las mamás y abuelas que siguen a Letras de una Pediatra Mamá. Por medio de este blog he aprendido muchas cosas, independientemente del estrato social, profesión o creencia, que todas las mamás somos muy parecidas en los aspectos con nuestros hijos y tenemos inquietudes similares.  Por ser Pediatra no soy una mamá diferente, soy una mamá cualquiera que desea la felicidad de sus hijos igual que la mayoría de las madres.

A todas las mamás que en algún momento han leido algún escrito de Letras de una Pediatra Mamá y a aquellas que no se pierden ninguno le doy las gracias infinitamente y les deseo que pasen el mejor día de las madres junto a los que mas quieren.

GN

viernes, 28 de noviembre de 2014

¿Será que lo ojearon?

Mi hijo de un año estuvo enfermo la semana pasada y recayó hace 3 días. Tenía fiebres tan altas que ni siquiera se movía el pobre, se quejaba continuamente y no quería comer. Lo llevé al consultorio para que una amiga pediatra lo revisara, porque en realidad lo ideal es no ser el pediatra de sus hijos. Tenía una otitis con secreción por un oído así que lo más probable es que el tímpano estuviese perforado. Lo que puede ser complicación de un resfriado previo.

Ese día en la mañana, al estar pasando la visita de los pacientes hospitalizados, me pregunta la amable secretaria que como estaba mi pequeño. La semana anterior le habia dicho que estaba enfermo y esa mañana la respuesta fue la misma, cuando entonces me dice: ¿no será que está ojeado?.  Me sonreí y para no entrar en discusión científica con ella  y le respondí: ¡quién sabe!

Muchas veces en nuestro país escuchamos: cuidado ojean al niño, si tiene fiebre es que está ojeado. Incluso cuando trabajaba en el Hospital del Niño y los familiares de los niños pensaban que estaban ojeados no dejaban que  recibieran medicamentos intravenosos porque empeoraría el cuadro.

Por curiosidad me puse a buscar en el ciberespacio el significado de ser ojeado. La palabra ojear se refiere a la acción de observar hacia a algún lado. Por lo general, el término está vinculado a una mirada superficial o un vistazo, sin que la persona en cuestión concentre su atención en aquello que está observando. Pero no dice nada que involucre que mirar mal o fijamente a alguien le vaya a hacer algún daño o causarle una enfermedad. En cambio el término mal de ojo sí tiene un significado. La Real Academia Española da como su definición “influjo maléfico que, según se cree vanamente, puede una persona ejercer sobre otra mirándola de cierta manera, y con particularidad sobre los niños”. Incluso en estos lugares de la web dicen los síntomas del mal de ojo y cómo curalo.

Para nosotros los científicos nos cuesta creer estas cosas. La fiebre o la enfermedad de alguien siempre va a tener alguna causa que generalmente se puede demostrar y el tratamiento es  específico para cada patología. Pero el mal de ojo es  tan antiguo que en Egipto no se podía mirar al faraón a los ojos, porque el que lo hacía, el Faraón entonces ejercía  su poder divino y podía desmembrar el alma de quien fijaba la mirada en su persona. Así que esta creencia es tan antigua que va a ser imposible erradicarla o entenderla para muchos de nosotros.

Al final del cuento, la causa del supuesto "mal de ojo" de mi chiquito era una otitis que con los antibióticos adecuados mejoró. Espero que no me lo vuelvan a ojear.


GN

viernes, 21 de noviembre de 2014

Los doctores no tienen pacientes...

Cuando era estudiante de medicina escuché de algún doctor que no puedo recordar quién es lo siguiente:  nunca piensen que los pacientes son exclusivamente suyos y ustedes no serán exclusivos para sus pacientes. Poco entendí esas palabras en ese momento. Ahora, después de varios años de ejercer como Pediatra las llego a comprender.

Varias veces me ha pasado lo mismo que le pasa día a día a muchos colegas que te llaman de algún cuarto de urgencias y te dicen: "dra, hay un paciente "suyo" en la atención que tiene tal o cual cosa, para que por favor lo venga a ver". 

Cuando te dicen el nombre inmediatamente sabes de quién se trata, pero otras veces ni por el lugar mas recóndito del cerebro llegas a dilucidar quién es el paciente.  Cuando llegas al cuarto de urgencias y veo al niño ( en mi caso) o a los padres, ni siquiera recuerdo haberlos visto. Muchas veces he pensado que me estoy poniendo vieja o qué memoria tan mala tengo. Empiezo a interrogar al paciente y me percato que a ese paciente de 7 años lo he visto una vez en la consulta y probablemente cuando tenía dos años de vida, pero ¿aún así eres su médico? No me queda claro ese concepto. Lo correcto sería decir que en algún momento tal médico evaluó a mi hijo y me gustaría que lo evaluara nuevamente.

En otras ocasiones ha ocurrido que no localizan al Pediatra que habitualmente evalua a la criatura y te piden que por favor acudas al rescate, lo que es 100% comprensensible.

También hay padres de pacientes que "tienen" 2 Pediatras para sus hijos, en algún momento van donde uno y en otra ocasión van al otro.  Así es difícil dar un correcto seguimiento, pero esa es la decisión de cada quien.

Hace como 1 año me encontraba en la sala de recién nacidos conversando con otros 2 pediatras. Uno comentaba un caso difícil que tenía en ese momento. Por cosas que pasan ese Pediatra dijo el nombre del niño en cuestión, daba la casualidad que yo conocía al niño porque lo había visto en mi consulta entre los 2-3 años aproximadamente, pero por prudencia me quedé en silencio cuando el otro doctor dijo : "pero ese es mi paciente, cuándo le pasó eso?". Por lo visto ese niño "tenía varios Pediatras o había ido cambiando de médico en el transcurso del tiempo.

Siempre he dicho que cada quien escoge por qué médico quiere ser evaluado. El problema no es ese, el problema es que que te digan o que te pongan contra la pared diciendo que tu eres el responsable del paciente cuando no es cierto. Nosotros somos una guía en el caminar del paciente.

Siempre diré que los médicos no tienen pacientes, los pacientes tienen médicos y son los que escojan en el momento que lo decidan.

Lo importante es que cuando hacemos el trabajo, lo hagamos bien y nos guste hacer lo que hacemos, si no es así escogimos la profesión equivocada.


GN

jueves, 13 de noviembre de 2014

¿Qué son estas bolitas?

Hace unos días estaba bañando a mi hijo de 5 años y de repente me pregunta: Mami, ¿qué son estas bolitas?, refiriéndose a sus testículos. En realidad, en vez de sorprenderme me causó gracia. Le respondí: esas bolitas se llaman testículos. Entonces me pregunta: ¿para qué sirven?. Mi mente por supuesto fue a mil y creo que en fracciones de segundos le contesté: adentro de esas bolitas hay unas semillitas que cuando seas grande podrás usar para tener bebés. Se me quedó mirando y me preguntó: ¿y papi tiene esas semillitas?. Sí, sí las tiene y las usó para que tú y tus hermanos nacieran. Se quedó pensando y cambió el tema de conversación, ¡por suerte! , pero conociéndolo no pasarán muchos días sin que me pregunte más cosas, como lo hizo hace mas o menos un año cuando su hermanito aún estaba dentro de la pancita  de mami. Muchas veces me dijo que no se acordaba haber estado allá adentro.

Como dos días después una amiga embarazada me envía un correo electrónico que cito un párrafo textual:
“Mi hijo de 5 años, luego de haber pasado el día curioseando sobre de qué barriga venía o había salido su mamá y luego de qué barriga había venido su abuela, la noche culminó con una disertación sobre cómo y dónde Diosito primero decide que va a venir un bebé, luego decide si va a ser niño o niña y por último toca que crezca y se haga dentro de la pancita de mamá hasta que ya esté listo para salir…”

Cuando nuestros hijos pequeños nos preguntan cosas así lo primero que debemos hacer es no reaccionar de forma alarmada ante la pregunta. Independientemente de cómo manejemos el tema de la procreación, debemos comprender que se trata de algo natural y que es completamente normal que tengan dudas y muchas preguntas. Si ponemos tabúes sobre el tema sexual, muy posiblemente, más adelante cuando el niño crezca y alcance la etapa de adolescente enfrentaremos problemas para comunicarnos con ellos porque desde pequeños establecimos que ese es un tema prohibido.
La forma de explicar a un niño de dónde viene los bebés dependerá de la edad del niño. No le vamos a dar la misma explicación a un niño de 4-5 años que a uno de 7-8 años. No debemos temer a dar explicaciones. Es muy importante que al momento de explicar a un niño de dónde vienen los bebés lo hagas de forma clara, sin rodeos y sin confusiones. Debemos dejar claro que es un acto que se realiza entre un hombre y una mujer, con el consentimiento de ambos.
Una forma común de hacerlo es explicando que la mamá pone "los huevitos" y el papá "la semilla". Es necesario que el pequeño entienda que para procrear, tanto hombre como mujer deben haber alcanzado cierta edad y que entienda que no es un proceso que un niño pueda hacer y que comprendan que sólo las mujeres pueden tener bebés. Tratemos hasta donde sea posible de obviar historias como la cigüeña. Aunque el tema pueda ser embarazoso y sumamente incómodo para nosotros ellos merecen saber la verdad.

Hay libros diseñados para explicarles estas preguntas a los niños incluso con dibujos divertidos. Creo que este fin de semana voy a comprarlos para que no me agarren fuera de base nuevamente.

GN

viernes, 7 de noviembre de 2014

Mi pequeño caballeroso

Hoy luego del trabajo llevé a mi hijo a su clase de taekwondo, mientras estaba en su clase aproveché para hacer unas diligencias. Al terminar la clase nos encaminamos directo hacia la casa, al estacionar el auto entre el bolso y los cartuchos de las compras (que sólo eran 3) me veía un poco cargada, fue entonces que mi hijo de 5 años me dice: mamá, déjame cargar las bolsas, no quiero que lleves nada para que estés más cómoda. No pude evitar sentirme la mamá más afortunada del mundo, definitivamente fue el mejor momento del día. En realidad los paquetes no pesaban mucho y yo no quería que él los cargara, pero insistió en que se los entregara y yo cedí a su petición, el pobre niño no podía muy bien con la paquetera, pero como pudo llegó hasta la casa cargándolos y muy orgulloso de sí mismo, creo que tanto como yo.

Los niños muchas veces pueden ser nuestros maestros y desde  pequeños se les  puede dejar la idea de que ellos son unos caballeros y que lo pueden demostrar con sus actos, no importa que en ocasiones no hagan las cosas tan bien como quisiéramos, lo importante es que vayan teniendo el hábito de hacerlas. Los niños imitan del ejemplo que les demos. 

Así como a la mayoría nos gusta que los hombres sean caballerosos con nosotras, y a los hombres que las mujeres sean educadas, como madres, debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños a ser caballero con los demás. Como planteo, ellos aprenden por imitación, imitarán al modelo que tienen en casa. Debemos enseñarles a ser educados y explicarle el porqué de las cosas. 
A mis hijos mayores creo que los tengo cansados de tanto que les repito  que por favor digan buenos días, tardes o noches cuando llegan a algún lugar o cuando simplemente entran a un ascensor. Una vez mi hija, que en ese entonces tenía 5 años, me dijo que para qué decir buenas tardes si mucha gente no le contestaba su saludo.  Le dije que al decir su saludo ella quedaba como bien educada y los demás que no contestaban quedaban como si tuvieran poca educación. Ahora es automático el decir buenos días al entrar a un elevador o llegar a un lugar.

Mi hijo se sintió muy feliz de haberme ayudado y yo  extremadamente orgullosa, me encanta cuando hace de las suyas y se gana a la gente con el simple acto de saludar o abrazar a alguien para dar las gracias.

Los buenos modales no están de más y nunca pasan de moda, al contrario, siempre abren muchas puertas. Lo he vivido en carne propia.

GN

jueves, 30 de octubre de 2014

20 minutos de la vida de una mamá...

A veces trato de no pensar en nada para relajarme y respirar profundamente unas diez veces, a lo que mucha gente llama meditación, pero da la casualidad que cada vez que intento hacer este proceso escucho  uno que otro grito o alguna vocecita que interrumpe mi supuesta mente en blanco que dice "mamiiiiiiii". No sólo ocurre durante mis respiraciones profundas, incluso en este momento estoy en la fila del autobanco,  hoy es quincena y el tráfico estaba pesado. La cola del autobanco por cierto está muy larga, mi hijo de 5 años está de pasajero jugando con un aparato electrónico, así que decido no sofocarme por la cola y trato de disfrutar la música y respirar profundo. Entonces mi hijo se da cuenta que estamos muy cerca de una farmacia en la cual venden todo los juguetes que vió en un catálogo navideño, me pregunta si nos vamos a bajar en la farmacia y le respondo que no.

Luego de hacerme la misma pregunta 3 veces, cada vez con mas intensidad y ya un tanto llorón tratando de persuadirme, adicionada la larga fila que no se acorta mas el torrencial aguacero, termino pegando tres gritos furiosa diciéndole que no nos vamos a bajar y que se quede quieto o estará castigado.

Luego de ese momento reina el silencio interrumpido en ocasiones por alguna corneta o por el aparato electrónico porque hasta la radio apagué. Mi hijo ni se movía después del incidente.

Seguidamente me siento muy mal por la situación, no me gusta gritar y mucho menos hacer sentir mal a la gente y menos a mis hijos. Creo que me colmó la paciencia, pero igual no es excusa.

Quince minutos después salgo de la fila y al rato llego a mi casa. Al bajar del auto, aún algo furiosa y sofocada del tráfico, mi hijo me mira y me regala una sonrisa espontánea y me dice: mami, te amo, gracias por el paseo. Mi corazón está estrujado y él como si nada, creo q me sentí peor de lo que estaba, pero le di un abrazo y le dije que yo también lo amaba.

A pesar de todo, los hijos son una maravilla, nos pueden sacar de quicio, pero creo que son mas las satisfacciones que nos dan en el día a día. Y actos como este son los que nos hacen pensar que podemos ser mejores padres de lo que somos y que nuestros hijos, a pesar de nuestras imperfecciones, nos aman.

Trataré de lograr aunque sea 5 minutos de la supuesta meditación aunque sea 3 veces a la semana a ver si ya no pego mas gritos.

GN

viernes, 24 de octubre de 2014

La otra cara de la moneda

Hoy iba en el auto manejando y de pasajero estaba mi hijo de 5 años. Estaba sonando en la radio una canción que está de moda y de repente me dice mi chiquito: Mami, eres una en un millón. Por supuesto que me causó gracia y felicidad a la vez. Después que me emociono le pregunto: ¿y eso por qué? a lo cual me responde: es que es muy difícil encontrar una mamá como tú. En realidad quería apagar el auto y darle mil besos y abrazos.

Sus palabras se quedaron dando vueltas en mi cabeza, al llegar a casa y por curiosidad le pregunto a mi hijo de 5 años y a la hermana de 8 años: ¿qué significa una mamá para ti?  El primero en contestar es el de 5 años que responde: mamá es la que me quiere, la que me cuida y la que me da abrazos. La de 8 años me dice: mamá es la que cría, la que te quiere y la que siempre te hace feliz. ¡Oh, no pensé que mis hijos me vieran de esa forma!, pero me gustaba lo que estaba escuchando. Le pregunté a mi hija mayor (la de 8 años) que si sabía que era criar y me contestó que era cuidar y educar a alguien, palabras algo maduras para su edad, pero me di cuenta que sí sabe que significa esa palabra.

El tema siguió en mi materia gris por lo que me puse a buscar en internet qué significa mamá para un niño y la verdad es que no encontré nada al respecto, sólo un poema con el cual me sentí algo identificada. Lo que sí estoy clara es que cada madre tiene una relación especial que nos une a nuestros hijos, sobre todo en los primeros años de vida. La mayoría de las veces les ofrecemos un  sentimiento de seguridad y confianza que los va a llevar a desarrollar su propia identidad y a relacionarse sanamente y en armonía con los demás.

Con el pasar de los años, y por atender diariamente a niños me he dado cuenta que la cantidad de tiempo no es importante, siempre y cuando sea lo suficiente para que el niño pueda sentir que su mamá está disponible cuando se necesita. No todos las mamás tenemos la misma formación, la misma paciencia, el mismo carácter, pero podemos lograr con nuestro esfuerzo y cariño que nuestros hijos nos amen, nos admiren, nos respeten y que nos miren con la cara de la moneda que nos gusta y que en ocasiones ni nos imaginamos que esa cara de nuestra moneda existe.

Una vez mi hijo de 5 años al preguntarle qué quería ser cuando fuera grande me respondió que quería ser cocinero para cocinarme mi comida favorita. Son comentarios como ese los que te hacen querer ser mejor mamá cada día y darte cuenta que  es verdad que el que da cariño, recibe cariño, por lo menos con nuestros hijos.

El rotundo éxito que podamos tener con nuestros hijos en un futuro no se va a medir por lo que les hayamos dado materialmente, sino por la calidad de la relación afectiva que hayamos sido capaces de construir con ellos desde etapas tempranas en la infancia. Pregúntale a tu hijo qué significas para ellos, probablemente te lleves una hermosa sorpresa, o por lo menos a mí esa cara de la moneda sí me gustó.


GN

viernes, 17 de octubre de 2014

Lo del tesoro sí era real...

Estaba hace unos días en el "baby shower" de una muy buena amiga, y otra de mis amigas me dice: ¿por qué no escribes de nosotras?, me quedé pensando en sus palabras...y era cierto, ¡nunca he escrito sobre mis entrañables amigas!

La verdad es que con el pasar de los años conocemos muchísima gente, pero pocos llegan a ser amigos de verdad, los demás son conocidos.

Cuando era pequeña siempre escuchaba decir de la gente mayor (que ahora capto que eran de mi edad ahora) que "la amistad es un tesoro" y la otra clásica era "juventud, divino tesoro".

Especial cariño uno les tiene a los amigos que uno tiene desde la escuela. La amistad es un importante valor que se debe desarrollar en la educación de los niños a nivel escolar. Se relaciona con el afecto puro y desinteresado, compartido con otra persona, que va naciendo y se fortalece mediante las interrelaciones entre los seres humanos. Esto fue lo que pasó con mis amigas de la escuela, eramos bastantes en el grupo, pero con especial afecto con 3 de ellas, que hasta el sol de hoy nos queremos casi como hermanas.

Para que el niño aprenda sobre el valor de la amistad es necesario formarle con nociones y conocimientos, con habilidades y vivencias, emociones y sentimientos, que le vayamos preparando para vivir con armonía y respeto.

De verdad que estas amigas a pesar de no siempre conversar con ellas, se que si las necesito van a estar presentes. Esas son la clase de amigas que me gustaría que mi hija tenga. Ahora, cuando veo a mi hija de 8 años que habla y juega con ciertas amiguitas, me recuerda mi niñez, realmente su amistad es desinteresada y sincera.

Pues sí, comprobé que lo que me decía "la gente grande" sobre que la amistad es un tesoro, es real y tiene un precio incalculable, trataré de inculcarle a mis hijos que las amistades se cultivan y que cuando tienen raíces fuertes pueden durar para toda la vida.

GN

viernes, 10 de octubre de 2014

No entiendo cuál es el problema...

Hoy estaba buscando a mi hija a la escuela y mientras hacía la fila aproveché para leer el proyecto de Ley 61 que tanta polémica ha generado.  Sólo tiene 27 artículos y bastante cortos, se lee muy rápido.

Existe mucha gente a favor y en contra, pero claro, nunca existirá pensamiento alguno y mucho menos una Ley que toda la población la acepte, lo que hay que pensar es a cuánta gente beneficiará y la magnitud del asunto.

Está muy claro que todos debemos tener los mismos derechos, pero todos tenemos diferentes creencias y diferentes formas de pensar incluso si nos comparamos con personas de nuestra misma religión o cultura. Entonces es imposible que todos estemos de acuerdo.

No le vi nada de malo a ese proyecto de Ley, me parece muy beneficioso. Por ahí he escuchado y leído que promueve el aborto, y no leí nada de eso en ningún artículo. Habla de que se le puede brindar anticoncepción de emergencia a personas que han sido víctimas de abuso sexual.  Es entonces cuando le pregunta a toda esa gente que no está de acuerdo con ello, si llega tu hija y te dice que la violaron en la calle: ¿no estarías de acuerdo en que le dieran anticoncepción de emergencia? Por favor, ¡qué clase de inmadurez!

Lastimosamente vivimos en una población algo machista y con grandes tabúes  en cuanto a educación sexual y sexualidad se refiere.

El artículo 7 dice que es deber del Estado promover una orientación e información ética y científica sobre la sexualidad y la reproducción, de manera sencilla, precisa, veraz y adecuada a cada etapa psicofisiológica del ciclo vital humano, basada en una sana y equilibrada afectividad. Es decir, que no se le va a enseñar a niños y a adolescentes de la misma forma, con lo cual estoy de acuerdo. Además otro artículo habla sobre maternidad y paternidad responsable que mucha falta hace en todos los estratos sociales de nuestro país.

Estoy segura que muchos de los embarazos en adolescentes es por falta de información, por supuesto que no es responsabilidad total del Estado, la responsabilidad es compartida con la que se da en la casa, pero si los padres se desentienden o tampoco nunca les enseñaron, entonces no sirve de mucho y por lo menos tienen cierta información educativa por parte de personal calificado.

Siempre van a existir adolescentes embarazadas lastimosamente y en Panamá 1 de cada 4 embarazadas es adolescente, la Ley claro que puede ayudar para esto y mucho más.

Por favor, no sigamos viviendo en varios siglos pasados, la sexualidad no debe seguir siendo un tabú. Todos debemos respetar las creencias de otros, pero aceptar conocimientos no indica que estamos en contra de lo que piense gente con otras ideologías. Además si llegase a ser Ley no me parece que le quite ni derechos ni obligaciones a nadie.

GN

viernes, 3 de octubre de 2014

Estemos pendientes...

Ayer hablaba con una amiga, mamá de unas pacientes y compañera de mi equipo de fútbol y me preguntó que si era normal que cuando su chiquita de 4 años lloraba mucho terminaba vomitando y me estaba echando el cuento por lo que lloraba. Su nena le dijo que no quería ir a la escuela porque un compañerito no le hablaba y ella lloraba desconsoladamente. En realidad me preocupó más la razón de la no ida a la escuela que la vomitada por el llanto. Le dije que fuera a la escuela a ver qué era lo que estaba pasando.

En teoría, antes de los 3  años, los niños no tienen la habilidad cognitiva de sentir empatía, cuando hacen que otro niño sufra, es porque no se dan cuenta de lo que están haciendo, pero todo este panorama cambia  alrededor de los 4 años y si un niño está molestando a otro lo hace concientemente.

El conocido y famoso "bullying" puede ser verbal (insultos), físico (golpes) o relacional (puede ser exclusión social). Las razones detrás de este comportamiento del niño pueden ir desde que el pequeño "bully" haya sido sujeto a este tipo de comportamiento en casa y que esté buscando atención, a que simplemente le guste cómo se siente hacerle daño a los otros niños.

Identificar el bullying en edades preescolares es muy difícil, a ésta edad la mayoría de los niños pelean. Pero podemos tener en cuenta varias señales que nos dan los niños para sospecharlo como que ya no quieran ir a la escuela cuando antes les gustaba, que se quejen de dolores de cabeza o de la pancita a la hora de ir a la escuela o a alguna actividad extra curricular, que ya no quieran jugar con el niño o niña que antes era su amigo, que constantemente cuenten que algún niño lo esté molestando, que repentinamente se vuelvan introvertidos, que digan cosas malas sobre ellos mismos como "soy fea" o "soy tonto" o que llegue con heridas o moretones.
Ante la duda es mejor actuar, conversemos con los chiquitines, no digamos o pensemos que sólo son cosas de niños, hablemos con los maestros y profesores,  puede pasar que exageremos y que  los niños se arreglen solos, pero puede que no.
Mi hija cuando recién cumplió 4 años tuvo un período que odiaba a la escuela cuando antes la amaba, decía que no quería ir, que no le gustaba estar en su salón, resultó ser que la maestra por pensar que no necesitaba tanta ayuda como los otros niños la excluía de ciertas actividades y no dejaba que participara en clase, asumo ahora que ya pasaron 4 años que la maestra lo hizo inconscientemente pero realmente llegó a afectarla emocionalmente.

Siempre estemos pendientes de estas señales, los niños no merecen ser excluidos, todos deben ser felices y con nuestra ayuda claro que se puede. Después me enteraré en que quedó el asunto del niño que no le quiere hablar a mi bella paciente.

GN