viernes, 19 de diciembre de 2014

¡Qué regalote!

Amo estas fechas, me llena de mucha alegría como a mucha gente le ocurre. A otras les pasa lo contrario y no están de muy buen humor secundariamente a los tranques, el bullicio, la cantidad exagerada de compromisos sociales, los almacenes a tope y por algún otro motivo más. Aparte que entre todos los enredos que involucra este mes hay que seguir laborando y en ocasiones más que otros meses.

Ayer estaba en la consulta como una mañana corriente y creo que me cayó muy bien la cita que les paso a describir:
Entra una pareja de extranjeros procedentes de un país de Europa, al lado de ellos una niña panameña probablemente de ascendencia indígena. Hablando perfecto inglés y muy poco español me comentan que quieren hacerle una revisión a la chiquita de 5 años para saber si todo estaba perfecto. La pequeña niña con estatura y peso de una niña de 3 años a causa de su desnutrición irradiaba felicidad. Tenía una cicatriz por haber sido operada de labio leporino y paladar hendido, pero aún así su sonrisa era espectacular, de esas que te llegan al corazón y al alma.

La pareja está en trámites de adopción, sólo están en Panamá para arreglar el molesto papeleo que dura casi 5 meses. Dejaron toda su vida en pausa desde su lejano país para venir a nuestro suelo istmeño. 


La niña ya tiene casi un mes con ellos y pareciera que los conociera de toda la vida. Le hablan una mezcla de español y sueco pero no me pareció en lo absoluto que a la niña le molestara.

Luego de acabar la jornada laboral me puse a pensar que tener hijos es una bendición, una alegría perpetua, una emoción indescriptible y luego que tienes a tus hijos no puedes imaginar tu vida sin ellos. Esta pareja, luego de hacer hasta lo imposible, viajan a un país desconocido para encontrarse con la que será el amor de sus vidas, la que les dará alegrías contínuas y cansancios que pasan rápido porque la sonrisas harán que el alma sea capaz de tener energías infinitas.


Creo que yo hubiese hecho lo mismo. Me comentaron que cuando les llegó la carta por correo electrónico que decía que tenían esa oportunidad ni siquiera lo pensaron, sólo tenían la edad de la niña y las características físicas, obvio que cero similar a ellos.
Y nosotros acá, en nuestra vida cotidiana, nos quejamos de nimiedades. No nos damos cuenta muchas veces que somos afortunados y que lo que tenemos es excepcional.

Luego de reflexionar yo sola con mi cerebro, me alegro mucho por la pareja y por la niña, estoy segura que la niña será feliz y que recibirá amor a montones, que toda la falta de cariño que no tuvo en estos 5 años será remunerado con creces. Que mejor regalo de Navidad para esa nueva familia, a veces es suficiente recibir cariño y brindarlo, incluso ese regalo es más valorado que dar algo material sin cariño alguno.


Estoy muy feliz por ellos y por la criatura, estoy feliz porque tengo hijos que  complementan mi vida de manera perfecta, ¿qué mejor regalo que ese?

GN

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