lunes, 29 de febrero de 2016

9 Frustraciones de una Mamá



Yo no soy tan organizada ni perfeccionista como Fer, pero muchas de las frustaciones que ha tenido ella y alguna de sus amigas, yo también las he tenido.
Les comparto este escrito que me encantó del Blog Mamás Modernas.

http://www.blogmamasmodernas.com/frustraciones-mama/

Ojalá les guste...

GN

viernes, 26 de febrero de 2016

Actores, blogueras y más...



Jueves, 25 de febrero de 2016. 11:10 pm



Hoy fue un día agitado, hubo múltiples actividades usuales y no tan usuales. 

Las usuales, pues las de todos los días: jugar unos minutos con el bebé antes de salir de casa, ir a hospitales, ver pacientes, “choferear” para actividades de mis hijos, llamar a casa para saber si todo va bien.

Las no usuales: aprovechar para ir al salón de belleza. Soy malísima para este menester, con clientas como yo los salones de belleza cerrarían, pero ya no me podía arrancar mas canas porque me hubiese quedado un hueco en la cabeza, así que decidí ir a pintarme mi "penacho blanco” del color habitual de mi cabello. Volviendo a las actividades no habituales, asistí a un foro de mamás blogueras, todas de distintas  profesiones pero con un fin o interés común, el de ser madres amantes de compartir experiencias con otras mamás en las redes sociales y disfrutar de ello. Muy interesante para mí. He escuchado muchas veces que en mi querido Panamá a los blogueros nadie los lee y que sus seguidores solo son su familia. Volví a comprobar que eso no es cierto. Como todos sabemos el hecho de convertirnos en padres sí cambia la vida, pero la necesidad de seguir socializando y saber que otras mamás pasan por las mismas experiencias que nosotras nos hace sentir mejor y acompañadas aunque sea de una forma virtual. 

Al salir del foro tenía que ir prácticamente a velocidad extrema para llegar a tiempo a la función de fin de curso de las clases de teatro de dos de mis hijos. Al verlos en escena me sentí mamá orgullosa, me parecía que actuaban divino, mi esposo y yo lo disfrutamos muchísimo. Ellos al terminar estaban felices como si hubiesen actuado en Broadway, pero para mí sí era Broadway y ellos mis actores favoritos. Se divirtieron creando personajes, inventando historias, aprendieron a participar en grupo y a trabajar en equipo, muchas de las ventajas del teatro en la infancia. Además es bueno para aumentar la autoestima en los pequeños, aprenden a respetar, a conocer y a controlar sus emociones, fortalecen la disciplina y descubren que el esfuerzo sí valen la pena.

Si analizo la actividad extracurricular de mis hijos del teatro y la mía de ser bloguera concluyo que ambas tienen beneficios porque escribir y que sea leído por otras personas aumenta mi autoestima, crea disciplina porque hay que ser constante para poder continuar cumpliendo con los lectores. Así que tanto el teatro como plasmar las letras son campos inagotables de diversión y de educación, cada uno en su ámbito.

Al terminar la obra de teatro llevamos a los niños a cenar, de repente recordé y mencioné en voz alta que no había escrito nada, fue cuando mi hija de 9 años me dijo: pero mamá es fácil, escribe sobre el súper cazador y la bailarina súper estrella ( sus personajes de la obra), ya verás que es muy fácil. 

Días como estos son para recordarlos toda la vida, son días en los que piensas que algo de lo que estás haciendo debe estar correcto tanto en tu vida personal como en lo que puedas estar influyendo en la de tus hijos, aunque llegues agotada a la casa y con una sonrisa difícil de esconder.


GN






jueves, 18 de febrero de 2016

¿Con quién tengo que hablar?

¿Cuántas veces no hemos leído que hacer deporte fortalece el sistema inmune, disminuye riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares y diabetes? Incontables, hasta mi hija que va por la mitad de primaria lo sabe. Incluso hay estudios que demuestran que no ser sedentario, o sea, hacer mas de 3 horas a la semana deporte, mejora el rendimiento escolar, las relaciones interpersonales, ayuda a la memoria y otro poco de cosas buenas.

Esta semana leí en un periódico local que el estado de las piscinas públicas en este pequeño terruño panameño es deplorable, que el mantenimiento es pésimo y que ni siquiera sirven para competencias internacionales.  Además tienen graves daños estructurales, filtraciones que generan grandes pérdidas de agua, sumado al colapso de los equipos de bombeo y desinfección, al igual que un elevado grado de turbidez del agua. ¡Inconcebible! Y según los cuentos que uno escucha por ahí, el apoyo a los deportistas e instalaciones de deportes por parte del Estado es poco y menos del que debería. Que triste.

¿Por qué pareciera que el deporte no es parte de la las políticas de Estado de nuestro país? Impresiona que a los encargados, para obviar la palabra gobernantes, no les interesa este asunto. Aunque en una publicación del 2015 dice que Panamá es el país de Latinoamérica que más invierte en deporte (65millones de dólares anuales) y que la mayoría es en infraestructuras, aún así es el 34% de lo que invirtió para esta fecha nuestro país vecino Colombia. Pero de nada vale invertir en infraestructuras si no se hacen programas de activación física, promoción y becas.

Está "requete" estudiado que la prevención es una base fundamental para mantener la salud de la sociedad y que el gastado dicho de "mente sana en cuerpo sano" es real. Entonces, ¿qué parte no se entiende? Debe ser que el deporte es uno de los  últimos escalones de las prioridades de los Gobiernos y que invertir en deporte no crea impacto a corto plazo. Pero vamos, hay que pensar a futuro, los niños y jóvenes que son sanos hoy por estilos de vida saludables, va a lograr que la población en unos años sea más saludable también. Pero parece que es duro de entender.

Mientras tanto seguiremos teniendo piscinas en mal estado y con malos mantenimientos porque las inversiones que hay que hacer para restaurarlas son millonarias, pero si le hubiesen dado los mantenimientos correctos y a tiempo entonces no se tuviera que hacer estos gastos. Me gustaría hablar con los encargados de estos menesteres para que me aclaren muchos aspectos, de repente estoy equivocada y todo va perfecto y de maravilla, pero señores, no es la impresión que se da. ¿Con quién tengo que hablar o a quién le escribo la carta para que me expliquen, o aunque sea para dar buenas ideas o para que comprendan que es mejor prevenir que lamentar? Puedo ayudar, ¡En serio! ¿Será que invierte más en fútbol y en beisbol y no me he dado cuenta? Bueno, pero si así fuera, la inversión en los deportes debería ser generalizado y no enfocado en unos pocos.



Por lo pronto seguiré llevando a mi hijo a la piscina pública a entrenar con el agua turbia o no él se divierte igual.

GN

viernes, 12 de febrero de 2016

¿Moriré en el intento?

La hora de comida de los fines de semana es un tema delicado. Tratamos de comer las tres comidas juntos ya que no lo podemos hacer durante la semana por razones laborales o escolares.
El día domingo, en particular, si no hago yo las tres comidas, vamos a comer a algún lugar en alguna de ellas o en varias.

Ciertos estudios han demostrado que sentarse a la mesa a comer en familia fortalece la identidad de los integrantes de la familia y los vínculos familiares por la transmisión de patrones de conducta. Por otro lado se mejoran los hábitos de alimentación, el lenguaje y la comunicación entre los miembros. En los adolescentes se ha demostrado que disminuye el consumo de alcohol y drogas y mejora el rendimiento escolar.

O sea, que si vemos todos los beneficios, comer en familia sería una buena herramienta de salud pública que mejoraría la dieta de nuestros niños y adolescentes, disminuiría el sobrepeso y potenciaría el rendimiento escolar.

Creo, que mucho depende de la cultura de cada país y de las costumbres de cada casa. Si los niños se acostumbran a comer en familia comida chatarra y cosas fritas, se convertirán en adultos consumidores de lo mismo a menos que aprendan a alimentarse bien de adultos, cosa que es menos probable. Si se empieza la educación desde la casa y las escuelas sobre buenos hábitos de alimentación puede que en un par de generaciones veamos resultados positivos.

Generalmente le recomiendo a los padres de mis pacientes que se vaya ajustando el horario de la comida de los bebés al de la familia para que cuando, al año de vida el niño, se incorpore a la dieta familiar lo haga sin problema y puedan comer juntos. Obvio que cuando madre y padre trabajan es difícil hacerlo pero mientras se pueda un par de días creo que vale la pena.

Pero acá, entre nosotros, como madre que a veces le toca hacer la comida para todos, debo confesar que cuando se tiene niños pequeños es frustante en alguna ocasiones. Después de haber preparado un suculento desayuno, el hijo del medio dice que prefiere comer cereal con leche, el bebé de 2 años (que no es tan bebé) si le pongo algo que "no le provoca" dice "Wahhhhkkk" y pide papilla, la que ya no protesta es la de 9 años y mi esposito come hasta piedras así que nunca se queja, pero al final, cuando acabamos casi con 4 platos diferentes, me gustó desayunar juntos, aunque termine de comer de última porque preferí hacer el cereal que ponerme a pelear o escuchar al hijo del medio llorando porque no le gusta el olor de la comida o que el bebé quedó con el plato al revés y regado por la mesa o en su cabello porque además quiere comer chocolate a las 9 am. Se supone que las recomendaciones las doy yo, pero que se puedan cumplir al pie de la letra con tres niños pequeños es sumamente difícil. Unos dicen que es malcriadez de los niños, otros que no se deben consentir demasiado, pero yo busco mi paz mental y cumplir el cometido de comer en familia cueste lo que cueste. Igual seguiré intentando que todos comamos lo mismo, espero no morir en el intento (pero lo dudo), así como espero aprovechar cada comida juntos mientras se pueda.

GN

jueves, 4 de febrero de 2016

Esa doctora no sabe nada...



Esta semana en la consulta una querida paciente me dice que a veces ama a la señora que la ayuda a cuidar a su pequeña de meses y a veces la quiere ahorcar (en sentido figurado). Según ella la señora la cuida muy bien pero se cree que lo sabe todo y opina demasiado sobre ciertos aspectos. En realidad me causó gracia porque he pasado por eso en varias ocasiones, sobre todo con mi primera hija.
El tema de las mamás que trabajamos y muchas de las que no lo hacen en cuanto a la ayuda para la casa y cuidar a los niños a esta altura del siglo XXI es complicadísimo. En América Latina muchas mamás tienen la ayuda de las abuelas y estas señoras encantadoras prácticamente crian a sus nietos, pero no es la gran parte de la población, por lo que la mayoría tenemos que buscar ayuda de otra índole.

La cuestión es que la mamá de la nenita me escribe rato después de la consulta en la cual se le inició alimentación complementaria, es decir ablactación, que es la introducción de alimentos distintos a la leche materna y me dice que ese es unoo de los días en que quiere ahorcar a la susodicha (otra vez en sentido figurado) porque luego que le explica cómo le van a dar las comidas nuevas la señora "experta" le dice que esa doctora no sabe nada porque ella nunca lo ha hecho así en su vida.
No pude no soltar la carcajada. Es decir que la cuidadora de la nena que probablemente se haya graduado de secundaria piensa que la que le mandó la comida, a pesar de que hizo 6 años de medicina, 2 de internado médico obligatorio, 3 de pediatría, 2 de neonatología y 8 de ejercer sabe menos que ella en cuanto a la alimentación de la criatura y no tiene idea de lo que está haciendo. O sea que estos 21 años de post bachillerato no me han servido para nada. Ja ja ja, ya he tenido experiencias parecidas antes cuado una que otra abuela me dice que eso no se hacía en sus tiempos o que ella hizo tal cosa y a sus hijos nunca les pasó nada. Eso es clásico, que se los confirme cualquier pediatra.

Recordemos que los tiempos cambian y lo que hace 30 años era ideal para los bebés, hoy ya no se recomienda. Aunque a veces echemos mano de la experiencia y sabiduría de nuestras madres y nanas, los pediatras son, en teoría, los que más conocimientos tienen sobre los cuidados de los bebés y niños. En principio no deberíamos dudar de sus recomendaciones, ni sustituirlas por otras, pero todo puede pasar.

En realidad las abuelas o las nanas, según sea el caso, son de mucha ayuda y necesarias para incontables mamás, su experiencia sirve pero no está escrita en piedra. A mi en lo personal me encanta que las abuelas vayan a la consulta, aprendo de ellas en ciertos aspectos y también aclaro las dudas que ellas puedan tener o doy explicaciones de porqué han cambiado las cosas a través de los tiempos. Si todos hablamos el mismo idioma la fiesta se lleva en paz ¿no creen?


GN