viernes, 29 de mayo de 2015

¿Será que me congelo?

Estoy esperando un parto pero creo que llegué muy temprano, así que me  vestí con ropa de quirófano y me he sentado  a revisar algo de las redes sociales. El frío que hace es absurdo, me he dado cuenta que poco a poco puedo mover menos los dedos, como no veo termostato no puedo saber la temperaratura exacta, pero calculo que debe estar entre 10-15 grados. En teoría el aire es muy frío para que las bacterias no se puedan reproducir y mueran, pero en este instante están muriendo hasta mi dedos, tengo las bases de las uñas moradas. 

Menos mal que los bebés reciben calor ya sea por la incubadora abierta (reanimadora) o por el contacto piel a piel cuando se le da a la mamá y se le pone en el regazo.

Nosotros tenemos la capacidad de mantener una temperatura corporal estable por medio de mecanismos que regulan las pérdidas y la producción de calor. En esto consiste la termorregulación. La estabilidad de la temperatura corporal es expresión de un equilibrio entre la producción de calor y la perdida de calor. El recién nacido, y especialmente el prematuro tienen mayor facilidad para enfriarse que en etapas posteriores de la vida y se explica porque tienen mayores perdidas de calor o menor capacidad de aumentar la producción de calor en ambientes fríos o una combinación de ambas cosas.
Cuando el bebé nace para evitar que se enfríe, como yo en este momento que casi ya no puedo ni escribir, se pueden tomar las siguientes medidas:
  • Secarlo y cubrirlo con sabanillas tibias. Cambiar rápidamente la sabanilla mojada.
  • Si el niño ha nacido en buenas condiciones, puede ser colocado con su madre en contacto piel a piel y bien cubierto, lo que le dará un ambiente térmico adecuado en la mayoría de las veces. Idealmente debe permanecer junta a su madre en una pieza con una temperatura de alrededor de 26 a 28° con un control regular de su t° axilar verificando de que esta se estabilice entre 36.5 y 37.

Ojalá se tomara en cuenta la temperatura de las salas de partos, hay hospitales mas "tibiecitos", pero resulta sumamente difícil colocarle al bebé a la mamá y no estar preocupado porque la criatura se vaya a enfriar, porque si se enfría vienen problemas.

Seguiré intentando y tratando que los directivos de hospitales me hagan caso y las salas de parto por lo menos sean mas confortables para el dúo madre-bebé o porqué no para el trío madre-bebé y neonatólogo...o para todos incluyo al ginecólogo y anestesiólogo porque después se sienten excluídos. Me dice el anestesiólogo que está tan frío que no puede pensar, de verdad nos volvemos mas lentos. De verdad me voy a congelar, voy a mover los músculos y el esqueleto porque realmente estoy helada.


GN

jueves, 21 de mayo de 2015

Es parte de todo...

Este mes hemos atendido, mi socio y yo, varios bebés prematuros. Cada uno nació antes por varios motivos distintos que los perjudicaba si el embarazo continuaba ya fuera a ellos o a las mamás.

Después de haber pasado personalmente una experiencia parecida, para mí es muy importante la comunicación con los padres. Aparte de informarles la evolución de la pequeña criatura, cosas tan sencillas como decirle a la madre que lo toque y que le hable, que si le leía un cuento cuando estaba  en el vientre materno se lo lea ahora que ya está fuera o simplemente que lo acaricie y sienta su presencia reconforta a las mamás.
Es una etapa sumamente difícil y de impotencia. Sentir que tu anhelado bebé no está contigo y que no puedes estar "cuidándolo" 24/7 es una sensación indescriptible, que probablemente solamente lo entiendan los padres que han pasado por esta situación de tener un bebé recién nacido hospitalizado y muchas veces en situación crítica, es mas una mezcla de sentimientos incluyendo el de culpabilidad, aunque la realidad no sea esa.

Ayer una mamá de un chiquitín que nació de 28 semanas (el embarazo normal llega a 40 semanas) me dijo que todo lo que tenía que pasar su bebé por su culpa. Espera, espera espera...¿cómo le hago entender a esa angustiada madre que no fue su culpa? Ella estaba viviendo su cotidiano día a día cuando "rompió fuente". La entiendo, yo me sentí culpable cuando nació de 34 semanas mi segundo hijo, tiempo después, probablemente años, comprendí que no era así. Siempre trato de conversar con ellas sobre este tema, es una situación difícil.
Apenas puedan cargar a su bebé y tener contacto piel a piel las reconforta, les da sensación de paz y de real maternidad.

De todos los casos aprendo algo nuevo, todos los bebés prematuros son diferentes, van a su paso y no precisamente al nuestro. La satisfacción es que los bebés vayan sanos a casa y gracias a los avances de la ciencia y los estudios científicos que nos ofrecen mas y mejores alternativas para ayudar a este pequeño pero valioso grupo de la población, la sobrevida de los bebés prematuros y prematuros extremos ha aumentado drásticamente en los últimos años.

No es por nada, pero pensándolo bien me encanta mi profesión y tener ese contacto con el milagro de la vida me hace pensar que hay que aprovecharla al máximo, cada minuto y cada momento. Disfrutar a nuestros hijos es parte de todo y ayudar a las personas a procesar el difícil momento de tener un hijo enfermo es una de mis directrices.
GN

viernes, 15 de mayo de 2015

Obligaciones de madre...

Panamá, 14 de mayo de 2014    10:12pm

Conversaba con una amiga que me iba a ayudar en algo de las redes sociales de este blog pero está resfriada y no se sentía muy bien que digamos, entonces le dije que no se preocupara por eso, pero me contestó que igual se tenía que levantar muy temprano para cumplir con sus obligaciones de madre y arreglar a sus hijos para que vayan a la escuela. Me quedé pensando entonces en "las obligaciones de madre".

Me puse a preguntar a algunas amigas que para ellas cuáles eran las obligaciones de madre. Unas me contestaron que educar a los hijos y amarlos, que había que tratar de ser un buen ejemplo para que sean en un futuro personas con valores como el respeto y la humildad. Otra me dijo que para ella lo mas importante era prepararlos  para realidad de la calle siendo autosuficientes y que logren ser seguros de ellos mismos. Todas dijeron que se hacía dando el ejemplo y una de las cosas mas importantes que me mencionaron es que su obligación como madre era enseñarlos a ser felices.

Mientras preguntaba a varias mamás sobre esto, me vino a la mente una amiga que la verdad muy poco veo, fuimos compañeras en la residencia de  Pediatría, es decir durante la especialización. Poco después de terminar Pediatría me enteré que le habían diagnosticado un cáncer de mama y que ya tenía metástasis a varios huesos y que por el tipo de cáncer su pronóstico no era muy bueno. Una vez me la encontré  y después de contarme su historia me dijo que una de las cosas que la hacía seguir adelante y luchar, a pesar de lo mal que se podía sentir y los dolores que pudiese tener, eran sus dos hijos. Como me acordé de ella decidí preguntarle hoy  que si a pesar de estar cansada, agotada y a veces sin fuerzas igual trataba de hacer lo que mas pudiera en cuanto a los niños. Me contestó que ¡claro! que ella se nutre de sus fuerzas (la de sus hijos) para seguir adelante. Se levanta de todas formas hasta donde la fuerza le da. Como ya no trabaja, aprovecha dormir cuando ellos están en la escuela para estar bien cuando regresen o que duerme mientras cenan para estar bien cuando terminan.  Que poco a poco sus hijos han ido madurando y que han aprendido a organizarse solos y a ayudarla incluso cuando ella se siente mal. Además que está tratando de formarlos de manera que vayan aprendiendo qué es lo que tienen que hacer para que si ella en algún momento falte no tengan problemas, o sea que trata de hacer lo mas que pueda para aprovecharlos y educarlos como ella quiere.

Sinceramente creo que todas las mamás sentimos tener obligaciones sin que nadie nos haya dicho cuáles son. Cada una lo hace diferente y a su manera. Por supuesto que mucho influye cómo nos hayan enseñado a nosotras y por nuestros propios pensamientos y acciones modificamos como mejor creamos que podemos educar a nuestros hijos. Irles enseñando y modelando sus virtudes, corregir sus supuestos defectos y hacerles comprender los valores, es un ejercicio que requiere mucha dedicación y paciencia. Invertimos incontables horas de nuestras vidas a esto y creo que no nos arrepentimos, a pesar de estar cansadas, agotadas, levemente enfermas o no tan leve siempre queremos o pensamos que tenemos  que cumplir con nuestras obligaciones de madre, sea lo que esto implique y lo que signifique para cada una en particular. Lo importante es hacerlo con el corazón y de la mejor manera que nosotros creamos posible. Algunas dicen que las obligaciones no son las mismas que la que tienen los papás con los hijos porque las mamás nos lo tomamos muy a pecho y otras que por nuestra culpa los papás no hacen la mayoría de las cosas porque simplemente nosotras lo hacemos y no los dejamos. Estoy segura que los papás piensan distinto a nosotras, pero quieren el mismo fin con otro método, pero ese es otro tema. Debería existir Letras de un Pediatra Papá para poder hacer la comparación. Ambos tenemos obligaciones como progenitores en la crianza de nuestros hijos pero esta vez solo hablo como mamá.

GN



viernes, 8 de mayo de 2015

Mami, necesito trabajar

Para la navidad pasada lo que más quería mi hijo de 5 años era una consola de determinada marca y un juego en específico que se juega con tal aparatito. Desde unos meses antes de la navidad era lo único que pedía, no quería mas regalos ni mas juguetes, solo eso. Decidimos comprarle el mentado aparato que incluía el dichoso juego como regalo de papi y mami de navidad, luchó mucho por él porque  sabía que se tenía que portar bien para obtenerlo y si hacía alguna travesurilla lloraba para que por favor ni siquiera pensáramos en no darle el esperado regalo. 

Cuando obtuvo el aparato también llegaron las reglas: Determinado tiempo, horas y días de la semana para usarlo, estaba prohibido que los discos de juegos estuvieran tirados y fuera de sus estuches, no se podían "comer ni chupar" las cintas de los controles, al finalizar de jugar todos debía estar guardado si no se restaban horas de juego o días dependiendo de la gravedad de la falta.  Un día cualquiera jugaba con una primitas y al final de la tarde aparece su juego favorito y el que mas jugaba,  roto y partido por la mitad en el suelo de la sala.   Me suplicaba que por favor le pusiera cinta adhesiva para poder seguir usándolo.

El cuestionamiento fue instantáneo de nosotros hacia él: ¿cómo se rompió? ¿qué pasó? olímpicamente le echó la culpa a una de las primas y dijo que ella lo había roto. Sonaba a verdad según la forma que lo decía pero sospechoso. Su papá le dijo que había ocurrido por desobedecer las reglas, independientemente quién lo había roto, el juego debió haber estado tirado para que se rompiera de esa forma. No jugó por un par de días como "castigo" y no se compraría otro juego igual. El llanto fue continuo por varios periodos y por muchos días. Después de insistir por varios meses que "necesitaba" ese juego, le dije que lo obtendría para su cumpleaños (faltaban 6 meses). Cuando me preguntó cuantos días eran en total y le dije la cantidad me decía que no podía aguantar tanto tiempo que de verdad lo necesitaba. Creo que una o dos veces por mes me pregunta cuanto falta para su cumpleaños (ya faltan 3 meses), anhela tenerlo de vuelta.  la verdad es que la mayoría de las veces cumple las reglas establecidas, hace una semana estaban los juegos fuera de sus estuches y cuando el papá lo cuestionó se puso a guardarlos uno por uno y con el mayor  orden posible.  ¡Ojalá fuera así para todo!

Hace una semana, estábamos los dos solos y me dice: mami, tengo que decirte un secreto, pero se que vas a poner furiosa. La verdad es que me causó gracias sus palabras y le dije que iba a tratar de no ponerme furiosa, pero que me dijera. Bajando la mirada me dice: mami, el que rompió el juego fui yo y no mi prima, pero por favor no grites y no te pongas furiosa. Le contesté que en realidad yo sabía que había sido él, pero que las consecuencias las estaba pagando. Le gustaba tanto ese juego que ahora no lo podía usar y que tenía que esperar aún para la llegada de su cumpleaños. Sus ojos casi vidriosos me partieron el alma, pero si no cumplo mi palabra creo que no aprenderá la lección. Creo que esconder la verdad lo estaba perturbando por un par de meses.

Ayer estando en el auto con él le digo que lo voy a dejar en casa pues tengo que ir a una cesárea y me dice: 
-mami, quiero ir
-no puedes amor, no puedes ir al hospital
-¿por qué tu si y yo no?
-porque voy a trabajar
-mami, ¡no entiendes que necesito trabajar!
-¿para qué tienes que trabajar?
-es que "no has comprendido" que necesito ganar plata para comprarme el juego antes de mi cumpleaños, mami, de verdad lo necesito.

Quedé con el corazón roto y acongojado, mucho tiempo lleva esperando pero la lección estoy segura que la aprendió tal cual era la idea. Probablemente el tiempo no fue el adecuado y varias veces he pensado en comprarle el mentado jueguito antes de su cumpleaños, pero en realidad no es algo que necesite para vivir y no es nada de vida o muerte. Mantener nuestra palabra y nuestras acciones es parte de proceso de su aprendizaje como personas. Ellos imitan lo que nosotros hacemos, tratar que aprendan que las cosas en la vida hay que ganárselas luchando, la mayoría de las veces, nos corresponde a nosotros. Darles las cosas fáciles todo el tiempo no es prudente. Tenemos que prepararlos para su vida futura y que tengan la capacidad de resolver sus problemas. Ya veremos qué ocurre cuando venga su cumpleaños, quiero verle la cara cuando abra su regalo.

GN