viernes, 8 de mayo de 2015

Mami, necesito trabajar

Para la navidad pasada lo que más quería mi hijo de 5 años era una consola de determinada marca y un juego en específico que se juega con tal aparatito. Desde unos meses antes de la navidad era lo único que pedía, no quería mas regalos ni mas juguetes, solo eso. Decidimos comprarle el mentado aparato que incluía el dichoso juego como regalo de papi y mami de navidad, luchó mucho por él porque  sabía que se tenía que portar bien para obtenerlo y si hacía alguna travesurilla lloraba para que por favor ni siquiera pensáramos en no darle el esperado regalo. 

Cuando obtuvo el aparato también llegaron las reglas: Determinado tiempo, horas y días de la semana para usarlo, estaba prohibido que los discos de juegos estuvieran tirados y fuera de sus estuches, no se podían "comer ni chupar" las cintas de los controles, al finalizar de jugar todos debía estar guardado si no se restaban horas de juego o días dependiendo de la gravedad de la falta.  Un día cualquiera jugaba con una primitas y al final de la tarde aparece su juego favorito y el que mas jugaba,  roto y partido por la mitad en el suelo de la sala.   Me suplicaba que por favor le pusiera cinta adhesiva para poder seguir usándolo.

El cuestionamiento fue instantáneo de nosotros hacia él: ¿cómo se rompió? ¿qué pasó? olímpicamente le echó la culpa a una de las primas y dijo que ella lo había roto. Sonaba a verdad según la forma que lo decía pero sospechoso. Su papá le dijo que había ocurrido por desobedecer las reglas, independientemente quién lo había roto, el juego debió haber estado tirado para que se rompiera de esa forma. No jugó por un par de días como "castigo" y no se compraría otro juego igual. El llanto fue continuo por varios periodos y por muchos días. Después de insistir por varios meses que "necesitaba" ese juego, le dije que lo obtendría para su cumpleaños (faltaban 6 meses). Cuando me preguntó cuantos días eran en total y le dije la cantidad me decía que no podía aguantar tanto tiempo que de verdad lo necesitaba. Creo que una o dos veces por mes me pregunta cuanto falta para su cumpleaños (ya faltan 3 meses), anhela tenerlo de vuelta.  la verdad es que la mayoría de las veces cumple las reglas establecidas, hace una semana estaban los juegos fuera de sus estuches y cuando el papá lo cuestionó se puso a guardarlos uno por uno y con el mayor  orden posible.  ¡Ojalá fuera así para todo!

Hace una semana, estábamos los dos solos y me dice: mami, tengo que decirte un secreto, pero se que vas a poner furiosa. La verdad es que me causó gracias sus palabras y le dije que iba a tratar de no ponerme furiosa, pero que me dijera. Bajando la mirada me dice: mami, el que rompió el juego fui yo y no mi prima, pero por favor no grites y no te pongas furiosa. Le contesté que en realidad yo sabía que había sido él, pero que las consecuencias las estaba pagando. Le gustaba tanto ese juego que ahora no lo podía usar y que tenía que esperar aún para la llegada de su cumpleaños. Sus ojos casi vidriosos me partieron el alma, pero si no cumplo mi palabra creo que no aprenderá la lección. Creo que esconder la verdad lo estaba perturbando por un par de meses.

Ayer estando en el auto con él le digo que lo voy a dejar en casa pues tengo que ir a una cesárea y me dice: 
-mami, quiero ir
-no puedes amor, no puedes ir al hospital
-¿por qué tu si y yo no?
-porque voy a trabajar
-mami, ¡no entiendes que necesito trabajar!
-¿para qué tienes que trabajar?
-es que "no has comprendido" que necesito ganar plata para comprarme el juego antes de mi cumpleaños, mami, de verdad lo necesito.

Quedé con el corazón roto y acongojado, mucho tiempo lleva esperando pero la lección estoy segura que la aprendió tal cual era la idea. Probablemente el tiempo no fue el adecuado y varias veces he pensado en comprarle el mentado jueguito antes de su cumpleaños, pero en realidad no es algo que necesite para vivir y no es nada de vida o muerte. Mantener nuestra palabra y nuestras acciones es parte de proceso de su aprendizaje como personas. Ellos imitan lo que nosotros hacemos, tratar que aprendan que las cosas en la vida hay que ganárselas luchando, la mayoría de las veces, nos corresponde a nosotros. Darles las cosas fáciles todo el tiempo no es prudente. Tenemos que prepararlos para su vida futura y que tengan la capacidad de resolver sus problemas. Ya veremos qué ocurre cuando venga su cumpleaños, quiero verle la cara cuando abra su regalo.

GN



No hay comentarios:

Publicar un comentario