viernes, 27 de enero de 2017

Momentos perfectos, hijos imperfectos



Siempre he dicho que no me interesa que mis hijos sean perfectos, lo que me interesa es que sean felices. Hoy he pensado varias veces en esa ideología que no se de donde se me metió en la cabeza, probablemente de múltiples pensamientos juntos y lecturas de crianza, hechos vividos y un sin fin de cosas más.

Buscando la definición de perfecto encontré que dice que perfecto es un organismo o individuo que reúne el más alto nivel posible de excelencia en relación a los demás elementos de la misma especie o naturaleza, más abajo decía que la perfección es totalmente subjetiva y que no hay nada ni nadie perfecto, entonces no se para qué inventaron la palabra.

Estoy de acuerdo en que es totalmente subjetivo, ¿quién decide cuál es el nivel de excelencia en un hijo o en una persona? ¿Qué parámetros debemos tomar?, pues obvio que cada uno lo decide y cada uno tiene un parámetro distinto. Partiendo de esa premisa del nivel de excelencia, me he encontrado que muchos momentos son perfectos y en ellos están involucrados mis hijos.

Por ejemplo, esta semana mis dos hijos mayores, la de 10 años y el de 7 años, han peleado y se han hablado mal en varias ocasiones, en uno de esos episodios de pleito uno quería pegarla a la otra y la otra quería responder con una patada, fue entonces cuando mi carácter fue descompasado y empecé a gritar que cómo era posible que se trataran mal, que si ellos veían que yo andaba pateando a las personas por ahí o gritándoles de mala gana y sin razón de importancia, ambos entraron en llanto.  Minutos después el de 7 años me fue a buscar para pedirme disculpas y que por favor lo perdonara, le fue a pedir perdón a su hermana y su hermana también se disculpó con él y conmigo.

Hace 4 meses fue el cumpleaños de mi hija y le regalaron varios certificados de regalo de cierta tienda que sumaban una cantidad de dinero que para ella resultaba muy atractiva, fue hasta ayer que fuimos a buscar algo a la tienda para que pudiera elegir los regalos, pensó mucho en qué elegir, mientras yo esperaba con mucha paciencia se me acerca y me enseña un juguete que costaba casi la mitad de la totalidad del monto de los certificados, le pregunto si lo quería llevar y me responde: "es para mi hermano, hemos peleado mucho esta semana y quiero que sepa que lo quiero mucho y que no quiero pelear con él mas, estoy segura que se va a poner feliz". La verdad me sorprendió, no me esperaba ese acto, fue un momento perfecto para mis estándares de excelencia, además que le compró dos regalitos al hermanito menor.

Rato después de llegar a casa y haber recibido el regalo, se me acerca mi hijo de 7 años y me dice: "mami, me gusta mi familia y eres la mejor mamá del mundo", le pregunté que cómo sabía que era la mejor si era la única que había tenido y me respondió: "es que yo he visto a las otras mamás y tú eres mejor que ellas",  otro momento perfecto, dos en un día es algo maravilloso.

Entonces, obviamente la perfección no existe en teoría, pero al ser subjetiva sí hay muchos momentos perfectos en los que actúan mis hijos imperfectos, adorados y felices, seguiré pensando que lo importante es que sean felices pero la felicidad es parte de la perfección y por momentos felices y perfectos yo también soy mas feliz. Cada quien que lo vea a su manera.

GN

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