viernes, 13 de diciembre de 2013

¡Cómo duele crecer...para algunos!

Recuerdo como si fuera ayer cuando me despertaba en las noches llorando por el dolor en una o ambas piernas. Tengo en mi memoria a mi madre sobándome las piernas durante estos episodios de dolor. Me acuerdo perfectamente que los presentaba en muchas ocasiones y ahora que me pongo a pensar que no son nada agradables.   Mi madre me decía que eran "dolores de crecimiento" y que cuando creciera se me iban a quitar según mi pediatra.

Los "dolores de crecimiento" son bastante comunes y se presentan entre un 25 a un 40% de los niños.  La edad más frecuente es ente los. 4-6 años pero pueden empezar desde los 3 años y continuar intermitentemente hasta la preadolescencia.

Irónicamente, no está comprobado el vínculo entre los dolores óseos y el crecimiento. Se dice que ni siquiera se deben llamar "dolores de crecimiento" si no, dolor óseo recurrente. 
Cuando el niño está creciendo es un proceso lento y por lo mismo, no debe doler. Al contrario, si hubiese algún tipo de relación entre ellos, la intensidad de los dolores debiera aumentar en la adolescencia que es cuando más crecemos y es cuando estos dolores desaparecen.  

Hace un par de meses tuve un "deja vu" cuando mi hija, en ese entonces con 6 años, se despertaba llorando varios días seguidos y luego se repetía unas semanas después.  Se quejaba en la parte delantera de la pierna (lugar más frecuente de este dolor) y a veces en los muslos. ¡Pobrecita, la comprendía mucho! Al sobarle la pierna y en algunas ocasiones dándole un analgésico suave, cedía el dolor y se quedaba dormida de vuelta.

Estos dolores son más comunes al finalizar la tarde o en la noche cuando el niño duerme y es despertado por el dolor. Se ha observado que los dolores pueden aparecer más frecuentemente cuando los pequeños han hecho ejercicio o alguna actividad física intensa (como una tarde de football, de montar bicicleta o de práctica de ballet)

Siempre es bueno saber cuándo algo no anda bien y cuándo acudir al doctor, porque puede ser que estos dolores no sean "de crecimiento" y sean alguna otra entidad que sí necesita evaluación y tratamiento.  ¿Qué debemos verificar? Que los dolores sean muy persistentes o cada vez más frecuentes, que sean por la mañana, que coincidan con el ejercicio o que interfieran con la actividad del niño, que se localice el dolor en las articulaciones y si se acompañan de otros datos como hinchazón o enrojecimiento en la zona del dolor, cojera, fiebre, manchas en la piel, pérdida de apetito o cansancio. Ante cualquiera de estos signos, hay que acudir al médico.

Cuando estaba pequeña siempre pensaba que iba a ser súper alta, porque me dolía tanto... (o por lo menos eso creía yo) que tenía que estar creciendo mucho. Que engañada estuve, después de tener tan malos recuerdos de estos dolores, seguí siendo tamaño "petit" y para completar, a mi hermana, la cual es más alta que yo, nunca le dieron.  No me parece justo, ¡pero así es la vida! Y para acabar de rematar resulta que no se ha comprobado que los dolores tengan que ver con el crecimiento. ¡No me parece!

GN

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