viernes, 26 de septiembre de 2014

Uno de mis momentos favoritos...

Estoy parada en el salón de operaciones mientras comienza una cesárea y pensando cuál tema sería interesante para escribir. Mi amiga ginecóloga me dice que escriba algo que esté de moda, pero igual las ideas no son muy claras, puede ser que se me enfriaron los pensamientos por estar de vacaciones y estoy falta de práctica.

Nadie habla hoy en el salón de operaciones, cada uno de los que están aquí parece estar en lo suyo, de vez en cuando se le escucha la voz al anestesiólogo cuando le dice a la futura mamá qué es lo que está haciendo y los pasos que sigue para la anestesia. La paciente refleja estar muy tranquila, refleja serenidad. Me acuerdo cuando fue mi primera cesárea...creo que no estaba tan tranquila y mi esposo que es ginecólogo caminaba por todo el quirófano con la cámara fotográfica. Lo que sí recuerdo es que había llegado el gran día, el día que la mayoría de las mamás anhelamos para conocer al retoño que llevamos dentro.

Ya pusieron la anestesia y se refleja en la cara de la paciente una mezcla de nerviosismo y felicidad. Que emoción. Creo que de mi trabajo, el momento en que le enseño a las mamás el bebé por primera vez, es uno de mis momentos favoritos, nunca me voy a cansar.

Lo ideal es  que en cada parto o cesárea siempre haya un personal que sepa de reanimación neonatal ya que un 10% de todos los niños ameritan algún tipo de reanimación o intervención al momento del nacimiento y un 1% reanimación neonatal avanzada. La mayoría nacen perfectos. ¡Qué bueno! 

Ya la cesárea está por comenzar y la cara de la señora se está transformando con rasgos de estrés.

La bebé nació perfecta, el papá estaba al lado mío en estado de shock, nunca emitió palabra y no pudo tomar ninguna foto, vi en su rostro un par de lágrimas de alegría.

Al llegar mi momento favorito de enseñarle la bebé a la mamá, hubo taquicardia en el monitor de anestesia, sonrisa de felicidad y las pupilas dilatadas a su máxima expresión. ¡La emoción siempre es indescriptible!

Aunque el tema no esté de moda y suene un poco cursi, seguirá siendo una de las cosas que me impulsa a amar lo que hago, presenciar el milagro se la vida a diario me llena de energía positiva.

He aprendido que al conocer a sus bebés todos los papás reaccionan de forma distinta, en cambio la mayoría de las mamás tienen una expresión muy parecida en el rostro. Espero que pueda seguir experimentando y presenciando sentimientos de amor de una madre con su bebé por primera vez. Siempre lo diré: ¡ese sí es amor a primera vista!

GN

2 comentarios:

  1. De acuerdo y, desde el punto de vista de un hombre, le puedo decir que además de presenciar el milagro de la vida ocurriendo frente a uno mismo en ese momento, experimentar esa hazaña de valor y esfuerzo por parte de la madre (en este caso mi esposa) es otra cosa inolvidable de un nacimiento. Y si los hombres reaccionamos de manera distinta muchas veces, creo que puede ser porque algunos nos sentimos doblemente impresionados, tanto por el nacimiento de nuestro hijo, como por la proeza épica protagonizada por la madre. Saludos

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