viernes, 18 de septiembre de 2015

Vacaciones de las vacaciones...



Cuando nos convertimos en madres, muchas de nosotras, soñamos con irnos de vacaciones familiares. Incluso hasta planeamos qué edad deben tener los niños para decidir salir del país con ellos para que, en teoría, sea más llevadero el viaje. No necesariamente planeamos salir al extranjero, también nos ocurre a muchas que planeamos con antelación de semanas para salir de nuestra casa y movilizarnos al interior de la República.

Recuerdo la primera vez que salimos al interior con mi hija de meses de nacida, llevamos una maleta de viaje mediana con las cosas solamente de la criatura, íbamos no mas de 4 días, aparte de eso también llevamos el corralito donde iba a dormir la bebé y hasta la esterilizadora de biberones, realmente era un gran cargamento y eso que solamente teníamos una hija. No lo veía tan fácil.

A medida que la familia fue creciendo en cantidad de personas, las maletas se fueron multiplicando también. Trataba de no meter tanta ropa porque entonces prácticamente viajábamos con sobrepeso. Durante los días de vacaciones siempre hay que estar pendientes de todo, que la hora del baño, la de la comida, que si este no quiere comer, que el niño dice que esa comida no le gusta, que el otro dice que está cansado de caminar y terminamos cargando a alguno de los hijos, que el coche del más pequeño tiene tantas bolsas en la parte posterior que se volteó y el bebé quedó con la  cabeza abajo, que por favor lávense los dientes y si al final no quieren ya no tengo energía de insistir que se los laven y me da completamente igual que un día sin bañarse en la noche se acuesten a dormir porque en realidad quiero caer en la cama totalmente extenuada. ¡Pero estoy feliz porque estamos de vacaciones!.

Una amiga que se encuentra "aprovechando" las vacaciones escolares de medio año,  se fue con los hijos a un lugar para aprovechar de la naturaleza y no quería meter en las maletas "las tabletas" porque prefería que fueran vacaciones en la naturaleza y sin tecnología. Me comenta que las metió por si acaso y que a cierta hora del día tuvo que acudir a la tecnología para ella poder "descansar" aunque fuese 5 minutos. Dice que necesita vacaciones de estas vacaciones.  Creo que en algún momento he pensado lo mismo, a pesar de haberla pasado ultra bien, llegamos totalmente extenuadas. Probablemente nuestra mente se relaja  con el hecho de cambiar de ambiente y ver a los niños felices pero no así nuestro cuerpo.

Dicen por ahí que las mamás en vacaciones nos convertimos en una versión mala de nosotras mismas porque no estamos relajadas, al contrario, nos vemos tensas ya que los horarios se trastocan, las siestas las hacen en horarios fuera de orden pero como queremos que el niño se duerma no nos molesta, la comida deja de ser saludable y casera. Si hace calor es porque hace mucho calor y si hay frío es porque pobre niño se va a congelar. Y si nos preguntan por qué no estamos sonriendo ya que estamos de vacaciones no podemos creer la pregunta.

A pesar de todo este enredo a mi sí me gusta irme de vacaciones familiares. Incluso hemos llegado a tener un método para arreglarnos nosotros y a tres niños en poco tiempo,  el método lo hemos ido hasta perfeccionando. Además que a medida que los niños van creciendo es más fácil el asunto. Hay que dejarse llevar por el momento, muchas veces mientras menos planeado esté el paseo mejor resulta, si ponemos horario para todo resulta más catastrófico. Si salimos 30 minutos más tarde de lo planeado  aprendí que no va a haber caos, si el lugar cierra vamos a otro, si el bebé no quiere comer hoy comerá mañana, si se embarró de helado y no cargo muda de ropa o compro una en el camino o se queda sí con la decoración nueva.

Disfrutemos cada momento, probablemente no se vuelva a repetir, pero indudablemente sí llegamos queriendo vacaciones de las vacaciones y si logramos irnos sin nuestras criaturas descendientes, igual las extrañamos con el alma, el corazón y la mente.


GN

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