viernes, 4 de diciembre de 2015

Me encanta Diciembre



Particularmente me encanta el mes de Diciembre, me gusta la Navidad.  En mi memoria está guardado el recuerdo de celebrar Navidad en familia y con todo lo que este acontecimiento involucra incluyendo los términos de dar, compartir y celebrar. Puede ser que lo sienta así porque mi mamá se encargó de enseñármelo, no se los detalles exactos.

Desde que empieza Diciembre quiero decorar la casa de Navidad e ir comprando arbolito navideño para que los niños me ayuden a decorarlo aunque siempre acabe sola haciéndolo, no me molesta, me gusta, así como  colocar los adornos en cada rincón de la casa.  También desde que empieza Diciembre comienzan las fiestas navideñas que me agradan y la compradera de regalos que es la parte que no me gusta tanto. Ayer fue mi primera fiesta navideña de este año,  la de mi equipo de fútbol el cual desde hace dos años  forma parte importante de mi diario vivir. Creo que la idea de compartir y demostrar cariño mutuo fue cumplida durante la celebración, aparte del intercambio de regalos habitual y divertido, en el cual recibí un regalo espectacular, la felicidad se hizo presente al igual que el cariño recíproco entre amigas. 

Pienso que la idea central de estas fiestas  o de la fiesta que celebremos de acuerdo a nuestras creencias debe ser que la felicidad no la dan los regalos si no el sentirnos queridos por demás. El consumismo en el que nos vemos envueltos no lo debemos transmitir a nuestros hijos. Ellos deben saber que el amor por los demás se puede demostrar en cualquier día y en cualquier mes del año también, no necesariamente en ésta época, pero que si celebramos estas fiestas los regalos no deben ser la parte central del asunto.  Cada familia la organiza a su manera y le da el significado que quiera a sus propios valores, pero debemos tener en cuanta que lo que hagamos y el significado que le demos ahora que estén pequeños es el significado que tendrán para el resto de sus vidas.

Claro que me gusta que me den regalos, no lo voy a negar, pero estoy segura que si solo nos hubiésemos reunido a compartir y a celebrar la amistad, también la hubiese pasado muy bien. Aprovechemos estas fiestas para enseñarle a nuestras criaturas el significado real de compartir con otras personas, el real significado de la familia y de las amistades. Que si nos encanta recibir regalos porque nos hace sentir bien, también se puede sentir lo mismo dando algo al que tiene menos o simplemente queriéndolo y amándolo; que también se pueden sentir bien si ayudan a sus hermanos en una simple tarea cotidiana y que su hermano se lo agradezca. Hay miles e incontables formas que les podemos enseñar, queda en nosotros enseñarles lo que queremos que aprendan. Enseñémosle a simplemente ser felices con lo que tenemos, nosotros decidimos muchos de sus recuerdos y de su aprendizaje.

Por mi parte seguiré decorando la casa y trataré que el espíritu de la Navidad entre en las cabecitas de mis tres retoños como me gustaría que lo vayan a recordar siempre.

GN




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