viernes, 11 de diciembre de 2015

Mi plan: dormir una hora extra



A diferencia de otros días, mi hijo de 6 años despertó hoy primero que el resto de los integrantes de la casa, estaba feliz e incluso comentó que el amanecer estaba hermoso. Creemos que la razón de este inusual comportamiento es que es el último día de clases. Bueno, yo también estoy feliz, esto significa por lo menos unos 30-60 minutos más de sueño que tendré en los próximos meses, algo que la mayoría de las mamás del universo deseamos.

El último día de clases del año escolar es muy importante así como también lo es el primer día. Es una despedida de compañeros y maestros, fundamental en las relaciones humanas. A veces hay sentimientos encontrados de alegría por acabar un año de convivir con compañeros y amigos, además de los maestros que muchas veces pasan más tiempo con los niños que nosotros los padres, por el otro lado la tristeza de dejar a los maestros que tanto cariño dieron o a compañeros que jugaban y convivían en el día a día.

Cuando los niños son más pequeños, muchas veces lo que diga el maestro es la ley. Mi hija cuando tenía 7 años me dijo que yo pronunciaba mal cierta palabra en inglés, que su maestra era la que sabía y se pronunciaba de tal forma, que por favor la dijera bien. ¡O sea! Nuestros chiquitines tienen gran admiración por ciertos maestros, incluso nosotros mismos recordamos a aquellos profesores que nos dejaron marcados para el resto de nuestras vidas por su atención, actitud, enseñanza o cariño que en su momento nos brindaron. Por supuesto que también, hasta sin hacer memoria, recuerdo a maestras de primaria, que eran "malucas" con la clase y que nos hacían la "vida de cuadritos"y eso que yo era medio nerd en la escuela y me portaba super bien. Una de las que más recuerdo era una monja que usaba un hábito negro (el resto de las monjas de la congregación a la que pertenecía mi colegio usaban hábito blanco), era muy alta o por lo menos yo la veía enorme (yo era casi la más pequeña de la promoción), que solo nos hablaba en inglés y nunca  sonreía, solo hablaba y gritaba si alguien se portaba mal, cuando venía esa clase, todas temblábamos, pero eso sí, toda la clase siempre tenía la tarea lista. Creo que en esta época la hubiesen acusado de "maltrato psicológico", pero ese es otro tema.

Claro que todo evoluciona, con el advenimiento del internet y lo fácil que es ahora recibir una tarea por "chat" si se quedó cierto libro o material en la escuela, se ha tornado un poco diferente la dinámica, pero aún así hay que enseñarles responsabilidad a nuestros hijos. Es muy fácil pedir la tarea en el grupo de chat del salón para que nuestro acudido no falle en llevar o tener buena cierta tarea. Pero con eso no estamos enseñando responsabilidad, estamos enseñando que si fallo mi mamá va a resolver y si se me olvida anotar en la agenda escolar la tarea, seguro que si lo pido, algún compañero manda la foto y se podrá realizar sin dificultad. Hay pros y contras, claro, pero pensemos bien qué es lo que queremos que nuestros hijos aprendan en cuanto a responsabilidad y en cuanto al cumplimiento de los deberes.

Vamos a ver que nos depara el próximo año escolar, espero que el entusiasmo de mi hijo sea igual en el primer día del año entrante y ojalá  pueda dormir una horita extra durante los dos meses y medio de vacaciones, ese es el plan.


GN

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