jueves, 19 de mayo de 2016

Carta de la mamá del niño que muerde


Señora Mamá:



Sí, mi tercer hijo, el de dos años y medio, muerde. ¿Usted cree que no lo sé o que no me importa? Pues está equivocada. Lo sé perfectamente y sí me importa y mucho. Cada vez que muerde y le hace daño a otro niño por el dolor que le causa me siento triste, impotente y hasta enojada.

Sé muy bien cómo se siente su hijo/a luego de la mordida y lo que debe sentir usted al ver las marcas de los dientes en alguna parte del cuerpo. Mi primera hija fue víctima muchas veces de un niño que mordía e incluso tiene una marca en uno de sus brazos a consecuencia de una mordida fuerte que fue a través de la camisa cuando estaba en maternal. Me daba mucho coraje, pero entendía perfectamente que hay niños que muerden.

¿Sabía usted que morder es una conducta que algunos niños presentan  en edades comprendidas de 1 a 3 años?  A esta edad comienzan a socializar, a relacionarse con niños de la misma edad, pero aún no poseen un lenguaje ni tienen las habilidades suficientes para comunicarse. Morder es una manera de conseguir un juguete o de llamar la atención. Otros niños sencillamente muerden por imitación, pero créame mamá, que en mi casa nadie muerde y ninguno de los integrantes del hogar es agresivo. Por cierto, a esta edad los niños poco comparten, empujan y les gusta pelear. Dudo que algún niño de esta edad no haya tenido cualquiera de estos comportamientos en algún momento.

¿Sabía usted que si el niño no tiene un lenguaje tan desarrollado como para pedir un juguete tiene mas tendencia a morder?
Aquí entra mi hijo, tiene un retraso del lenguaje importante y muerde para tratar de comunicarse. Lastimosamente es  parte de su desarrollo. Las inmumerables terapias del lenguaje para mejorar el habla y terapias ocupaciones para mejorar la conducta lo han ayudado muchísimo, pero aún le falta y estamos trabajando arduamente en eso.

Mi tercer hijo es un niño bueno, alegre, feliz, que está aprendiendo que morder puede causarle daño y dolor a otro niño, se lo estamos enseñando, pero toma tiempo. Quisiera que de la noche a la mañana ya no lo hiciera, pero no es tan fácil. A él también lo han mordido en la escuela.

¿Sabe usted que de nada sirve verlo mal o decirle que es un niño malo por morder? No le va a comprender. Entiendo su enojo, lo he vivido antes, pero no voy a aislar a mi hijo del mundo porque usted no puede comprender que hay niños que muerden aunque no queramos. Me alegro que su hijo/a hable perfecto y pueda pedir el juguete que desee, bien por ustedes, es maravilloso. Mi hija mayor hablaba perfecto desde el año y medio y hasta decía frases, pero no todos los niños son iguales. Todas las familias tienen sus historias y no se debe juzgar a nadie sin saber  qué hay detrás.

Le pido mil disculpas, las que sean necesarias si mi hijo le ha hecho daño al suyo. Seguiremos trabajando para que no ocurra.

GN
(La mamá del niño que mordió al suyo)

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