viernes, 17 de febrero de 2017

Balance desbalanceado de vacaciones

Decidimos tomar una pequeñas vacaciones con los niños. En ocasiones anteriores, con mi hijo mas pequeño, los vuelos habían sido algo complicados por varios motivos incluyendo el cinturón de seguridad del avión, solo lo veía y lloraba, en esta ocasión ya se lo ha dejado colocar, casi enamorándolo pero se lo ha dejado, creo que ha madurado en el tema. Este otro asunto es el peor,  no me había pasado con mis otros hijos, cuando sale de la casa no quiere probar comida y su alimentación da pena, eso no ha cambiado mucho y sigo siendo un tema complicado. Solo quiere comer arroz blanco con algún frijol y se podrán imaginar lo complicado de conseguir eso estando de viaje en un país no latino, hace 3 días buscamos un restaurante cubano para ver si comía algo y se comió 28 cucharaditas  de arroz con frijoles rojos, sí, se las conté. Después de eso ha vivido a punta de leche,  pan ocasionalmente y uno que otro chocolate por ahí, triste pero cierto. Siempre pasa que cuando llega a casa entonces come como si nada, feliz de la vida.

Viajar con niños de vacaciones no es tan fácil pero el tiempo que uno aprovecha para estar con ellos, no tiene precio, lo que dicen, lo que hacen y el tiempo compartido tiene un valor incalculable a pesar de los "no quiero caminar, estoy cansado", "no me gusta la comida", "cómprame eso", "no me quiero ir", "me quiero ir", "me toca dormir contigo", "no me quiero bañar", "quiero dormir mas" , de las peleas entre hermanos y las pataletas del mas pequeño sigo pensando que el tiempo con ellos es invaluable.

Ya se están acabando las vacaciones, hemos disfrutado cada segundo, espero que haya otra comida del de 3 años, he aprendido a no mortificarme, dudo que hoy consigamos arroz blanco con frijoles, le seguiremos ofreciendo comida, algo comerá, mejor me ha ido con esa filosofía, así como que aprendan a arreglarse los otros dos hermanos en sus peleas, todo es parte de madurar. Yo mientras tanto seguiré pidiendo que se pongan en las fotos aunque reclamen que no quieren. Es cuestión de balance familiar aunque sea un "balance desbalanceado" y por momentos caótico.

Disfrutemos el tiempo que podamos con nuestros hijos, se crecen rápido y cuando nos damos cuentas ya no hay vuelta atrás...

GN






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