viernes, 3 de marzo de 2017

Pasito a pasito...



Ayer fue la fiesta de cumpleaños de una amiga muy querida, al llegar a casa tenía en la cabeza la cancioncita de moda, de esas que es la última que escuchas antes de irte y te queda sonando en la mente por un rato largo, entonces es cuando me puse a pensar entre dormida y despierta que en un par de días se acaban las vacaciones escolares, que empieza la madrugadera de vuelta y que ya tengo todos los libros forrados, maletas, uniformes y zapatos listos.

Cuando empezaron las vacaciones nos propusimos en casa "metas del verano", pensé que las que más nos iban a costar eran las de mi hijo de 7 años por su personalidad y por sus gustos. Tres de ellas, las que eran prioridad para mí, eran que aprendiera a manejar la bicicleta sin rueditas, pues ya a esa edad la mayoría de sus compañeros ya la montan, otra era que se leyera 5 libros solito y que completara el veranito en una escuelita de basket. Y, ¿saben qué? Las "metas del verano" fueron cumplidas en su totalidad, todos apoyamos, fue un trabajo en equipo, hasta los abuelos colaboraron para las llevadas al veranito de basket ball y quedó gustándole tanto que quiere seguir jugando ese deporte. La montada en bicicleta sin rueditas fue como la cancioncita que sigue en mi cabeza "pasito a pasito, suave suavecito" mas insistencia del padre de la criatura, después que lo logró entonces ya no había que rogarle que fuéramos a montar bicicleta, salíamos todos los integrantes de la casa a verlo y a hacerle porras. La lectura de los libros fue obra de las nanas, que cuando trabajábamos, ellas lo ponían a leer y al regresar del trabajo me contaba feliz que había leído, los libros en inglés también los practicábamos uno que otro Domingo libre.

Este fin de semana le dije que lo felicitaba porque había cumplido sus metas del verano y las había hecho muy bien. Todos los niños son diferentes y van a su paso y a su ritmo, a unos se les va a hacer más fácil que a otros ciertas cosas y no por eso debemos menospreciarlos y reprocharlos. Ayer casualmente nos encontamos con el hijo de una amiga que tiene casi 4 años montando una bici sin rueditas y muy bien manejada, mi hijo lo vió y se quedó pensando cuando la hermana le dijo que el niño chiquito ya montaba bici y el acababa de aprender, fue entonces cuando empecé el discurso que cada uno va a su paso y que nunca se comparen con nadie , solamente con ellos mismos para mejorar cada día mas.

Seguiré poniendo "metas del verano" en cada vacación y en otras ocasiones, espero que resulten igual de buenas, mientras yo me acostaré a dormir con la cancioncita en la cabeza que hasta de reflexión me sirvió para recordar que todos los niños son diferentes, que unos van despacito y pasito a pasito y otros van mas rápido y en otro ritmo, todo queda en nosotros para guiarlos y ayudar a cumplir sus metas o darle las herramientas para que lo logren.

GN




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