jueves, 22 de enero de 2015

¡A reír se ha dicho!

Hoy me dice mi mamá que el sábado va a un taller de risoterapia. En realidad me causó gracia y me sonreí al escucharla, me dijo que era para mejorar el ánimo y combatir el estrés.

Según wikipedia se conoce como risoterapia a una estrategia o técnica psicoterapéutica que puede producir beneficios mentales y emocionales por medio de la risa. No puede considerarse una terapia per se ya que no cura enfermedades, pero en ciertos casos logra efectos beneficiosos junto con el tratamiento para la enfermedad. Creo que es un poco lo que hacía Patch Adams.

Buscando en el ciberespacio me di cuenta que existen incluso risoterapia para niños, que no es mas que hacer reír a los niños mediante el juego. Incluso en otros países está en boga y se utiliza mucho para niños enfermos o con discapacidades. Sabían que una risa verdadera y profunda dilata los vasos sanguíneos, mejora la respiración, libera endorfinas, favorece la digestión y favorece lazos afectivos además que al reír activamos múltiples músculos de nuestro cuerpo, pero el mayor beneficio es que nuestro cuerpo queda con un estado de ánimo muy positivo. 

Luego de leer sobre risoterapia traté de ponerlo en práctica con mis hijos mayores ( 8 y 5 años). Me coloqué al lado de ellos y empecé a reír como una loca como quien dice. Al principio me miraron algo raro y preguntaban que de qué me reía, pero como yo seguía riendo se fueron esbozando sonrisas y luego quedaron riendo también. La risa es contagiosa. 

Nuestra sociedad nos enseña a reinos de los demás en lugar de reinos con los demás.  Dicen por ahí que la risoterapia ayuda a desdramatizar las situaciones de la vida, desarrollando el espíritu competitivo y optimista. Por eso las personas que realizan risoterapia aprenden a tener una mejor visión de sí mismos, de su entorno y de sus posibilidades.
En talleres de risoterapia te enseñan que por lo menos debemos reírnos  un minuto durante tres veces al día. Aunque eso parezca muy poco es lo esencial para que una persona tenga una mayor calidad de vida, o mayor felicidad en la vida si lo queremos ver así. 
Si es tan beneficiosa, ¿por qué hay gente que casi no ríe? ¿por qué hay niños tan serios?, probablemente porque eso le estamos enseñando en casa. Si sabemos que las sonrisas y las risas son gratis, ¿por qué no aprendemos a reír mas y a disfrutar los momentos?, siendo la risa la mejor medicina preventiva sin ninguna contraindicación.

Mis hijos me miraron como bicho raro, pero al final rieron conmigo y quedaron felices por un momento. Pondré más en práctica la risoterapia hogareña, si no le veo nada dañino y los beneficios son múltiples.
¡A reír se ha dicho!

GN

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