viernes, 29 de julio de 2016

¿Son felices?

Esta semana en varias conversaciones aleatorias y que no tienen nada que ver unas personas con las otras a rondado el tema sobre las familias felices y por ende los niños felices. Un colega me decía que si la madre es feliz en sus pensamientos y en su salud mental los niños alcanzan a ser felices. 

Puede pasar que en el intento de que nuestros hijos alcancen la felicidad se consiga el efecto contrario, hacerlos infelices.
Es común escuchar a algunos padres que ellos quieren darle a sus hijos lo que ellos nunca tuvieron: excelente educación, actividades extracurriculares, juguetes, viajes, ropa en exceso por mencionar algunas. Error garrafal. Los niños no están en nuestras vidas para ser lo que nosotros no logramos o tener lo que no tuvimos, son personas distintas con futuros diferentes.

La felicidad en ellos  será una consecuencia de nuestros actos y no una meta con una ruta específica. Hay que "dejarlos ser", dejarlos ser niños, hay que demostrarles que uno se alegra por el bien de otro, hay que enseñarles que las verdaderas amistades existen, hay que recalcarles que deben hacer lo que los haga sentir bien y no que tengan que hacer lo que los demás digan si las acciones los hacen sentir incómodos, hay que dejarles ser niños.

La felicidad no se enseña pero sí podemos enseñarles que ser feliz es poder ser uno mismo y poder recibir y brindar amor sin ningún tipo de condiciones.

La mayoría de las veces las cosas que hacemos por nuestros hijos es porque queremos lo mejor para ellos sin darnos cuenta que estamos tal vez por el camino equivocado, es cuando hay que recapacitar y agarrar el camino correcto. Si tenemos hijos felices algo o mucho estamos haciendo bien. ¿Son nuestros hijos felices? Siempre me lo pregunto, por lo menos creo que nuestros tres hijos son bien felicianos...

GN



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