viernes, 4 de agosto de 2017

Cada una tiene su historia

El 10% de mi vida en estos momentos representa unos 51 meses, exactamente la cantidad que di lactancia materna entre mis tres hijos.

Cada mamá tiene su historia propia que contar, algunas buenísimas que terminan  como si fuera un cuento de hadas casi perfecto y otras de terror, casi para ponerse a llorar con la madre durante la historia.  La decisión de dar de lactar a un hijo es personal e individual, nadie que lo haga obligada creo que llega a tener éxito en estos menesteres.

Muchas madres lo hacen para satisfacer los mandatos de una sociedad que lo exige a veces, pero que a la vez si ven alguna mínima dificultad, la misma sociedad que te juzga por no dar pecho, te presiona para que lo dejes momentáneamente o para siempre. Yo pasé por muchos escenarios, a pesar de estar convencida que era lo mejor para mis hijos y estar instruida al respecto, no fue tan fácil, sobre todo con mi primera hija. Leer, saber, tener conocimientos y creer que puedes manejar la situación sin problema no es suficiente, la verdadera prueba viene cuando tiene a tu bebé frente a ti,  si querer despegarse del pecho, con llantos cada hora u hora y media, luchando con sueño, cansancio, escuchando a las personas que te ayudan a cuidar a la criatura diciéndote que no te sale leche, que el niño queda con hambre, que preparan la fórmula infantil frente a tus ojos casi retándote y que muchas veces por agotamiento, depresión post parto, rabia porque tu expectativa es distinta a la realidad que vives que terminas cediendo y terminando la lactancia exclusiva por alimentación mixta (leche materna y fórmula) y muchas acaban dejándolo del todo y sintiendo que son las peores madres del mundo por no poder hacer un trabajo que se suponía debía resultar como dicen los libros y sin una gota de cansancio  produciendo leche  hasta para regalar.

Conozco madres que tienen tan buena producción que tienen leche materna guardada hasta para los próximos 5 meses y aún así les alcanza hasta para donar a otros niños, pero no es la mayoría y me alegro por ellas infinitamente. Puedo decir que la mayoría de los 51 meses lo disfruté, en ocasiones me sentí juzgada por dar pecho en público sin taparme, cuestionada hasta cuándo iba a dar pecho sobre todo con mi tercer hijo que le di por 27 meses, señalada por complementar con fórmula en ocasiones, hasta que cambié mi chip mental y decidí hacer lo que me hacía feliz, lo que yo creía que estaba bien y lo que sentía que era lo mejor para mí y para mi bebé de turno.

No es fácil tomar decisiones en este tema en una sociedad que quiere opinar de todo. A todas las mamá que lo han intentado las aplaudo, a las que lo han logrado las felicito, sea el tiempo que sea. Todos los cuerpos, las formas de pensar y las rutinas de las casas son distintas, todas tenemos diferentes historias que contar y he aprendido que no puedo juzgar a nadie, si quieren mi apoyo lo tendrán, siempre seré prolactancia a pesar de lo que diga la gente por ahí, yo sí sentía esa conexión especial con mis hijos que dicen los libros que uno siente, a mí sí me encantaba, los beneficios que les día a mis hijos con la lactancia durarán para toda su vida y estoy orgullosa de ello.

Es bueno rodearse de personas positivas y que te apoyen en el camino, tener oídos sordos a los que te desalientan sirve, buscar ayuda muchas veces es beneficioso, alejarse de fanáticos te hace la vida menos estrenaste, brindarle amor a tu bebé independientemente de cómo tome leche es lo más valioso de todo. Este tema siempre traerá polémicas. Fin de la historia.

GN

No hay comentarios:

Publicar un comentario