viernes, 25 de agosto de 2017

Carta a los niños que se han ido...



Estos últimos días han estado en mi mente varios niños que conocí en algún momento de mi carrera y que se fueron al cielo o algún lugar especial, no se por qué el pensamiento ha persistido por varios días, hasta he pensado que quieren hacerme escribir algo de lo cual otras personas puedan aprender, pero no estoy segura. Muchas veces nos creemos nuestros pensamientos aunque no sean reales, pero ante mi duda me decidí a escribir esta carta para ellos...

Queridos niños que se han ido el cielo:

Cada uno de ustedes me ha enseñado algo que me ha marcado como mamá y como pediatra, a algunos los conocí por horas, a otros por días o meses, incluso algunos nombres no recuerdo, pero sí las caras y los momentos vividos se han quedado grabados en alguna parte de mi mente o de mi corazón.

Nunca nadie me preparó para pasar por estas experiencias, se supone que parte de la medicina es curar, sanar y prevenir, no me enseñaron a manejar la partida de una persona de este mundo y mucho menos de un niño, pero ustedes se encargaron de hacerlo. Me enseñaron que el amor de un padre y una madre ante esta situación es incondicional y está a  flor de piel, que se hace lo que humanamente se pueda para no acabar en ese desenlace, que la impotencia es un sentimiento malo, que muchas veces no podemos manejar  y que nos invade. Me enseñaron que si da tiempo para prepararse para la partida, lo que sus padres quieren es estar el mayor tiempo con ustedes y disfrutarlos hasta el último suspiro y latido cardíaco para que sientan que nunca se les falló. Me enseñaron que ante un diagnóstico  o situación con mal pronóstico, no todo sale como uno espera y que ensañarnos en algo que no va a suceder es malo. Me enseñaron sobre calidad de vida, que es mejor tener poco tiempo de calidad que mucho de mala calidad. Me enseñaron que los niños son más fuertes de lo que uno piensa y muchas veces los adultos somos los débiles.

No voy a mencionar nombres  porque no todos me acuerdo pero sí sus enfermedades o condiciones, pero ustedes saben quienes son:

-El que tuvo leucemia mieloide aguda de más o menos 13 años: te conocí en un turno de pediatría en el Hospital del Niño y ya esperábamos que fallecieras, estabas en coma cuando te conocí. Solamente horas después partiste de este mundo y al darle la noticia a tu madre ella fue la que terminó consolándome porque yo no podía parar de llorar. Me enseñaste que estamos prestados en este mundo, que tener hijos es un regalo del cielo y que hay que aprovechar todos los días junto a nuestros hijos porque nunca sabemos cuando no estarán.

-Mi chiquita de 8  años con Tumor de Willms: te conocí por poco mas de un año, conversé contigo casi todos los días, pocas cosas te hacían reír, solo lo logré regalándote una peluca porque lo único que querías no era ni curarte, solo era tener cabello. Tu sonrisa que casi nunca veía fue mágica ante una pequeñez de regalo. Me enseñaste que con pocas cosas o pocos detalles se puede ser feliz aunque estemos pasando por malos momentos.

-El bebé que nació con una cardiopatía y nunca pudo ser operado: te llamaba mi Cucú, fuiste un verdadero luchador, hasta el último momento. Cuando me escuchabas hablar llorabas porque era yo la que siempre te sacaba la sangre. Me enseñaste que hay que luchar hasta el final, que junto a unos padres amorosos, nuestro paso por este mundo se torna mejor y que seremos recordados en la vida por nuestras acciones y no por lo que tenemos.

-La prematura de 24 semanas y falleciste a los 3 meses de vida: Naciste el día de la Virgen de Fátima y ese era tu segundo nombre. Tu madre nunca falló una visita y te fuiste en un turno por lo que no me pude despedir de ti, ni ella tampoco. Me enseñaste que debemos vivir y aprovechar todos los días como si fuera el último, además de no dejar de decirle cuanto queremos  a las personas que amamos para otro día.

- M: naciste con una cardiopatía y llegaste a mi consultorio sin explicación. Me enseñaste que con la ayuda de personas buenas se pueden sobrellevar muchos obstáculos y que pedir ayuda no es malo.

-Mi pequeño con TC: tu condición fue inesperada, fuiste un verdadero guerrero fuerte, luchaste hasta el último momento en que partiste. Me enseñaste que hay que estar preparados para afrontar las dificultades en todo momento y que vale la pena pasar por este mundo, aunque sea por un periodo corto, si somos amados de manera incondicional.

Todos fueron únicos y especiales, aunque no los haya mencionado. Haberlos conocido me hizo comprender más a las madres y padres que ante una enfermedad banal o  una peligrosa, siempre hay personas que se preocupan por el bienestar de sus hijos.  Gracias por enseñarme grandes experiencias en mi vida, gracias por enseñarme que tengo que aprovechar cada minuto con mis hijos, gracias por enseñarme tanto, ojalá ningún niño ni ninguna madre o padre tuviese que sufrir en este mundo.

Gracias a todos los que se han ido y me han dejado una enseñanza, siempre serán queridos y amados y permanecerán en mi memoria por siempre...

GN

No hay comentarios:

Publicar un comentario