viernes, 1 de septiembre de 2017

Escoge tus batallas...

Uno de mis hijos, el más pequeño es "bien especial" por no decir "bien necio" para comer. Con ambas manos puedo contar las cosa que come y me sobran dedos, sinceramente ya dejé de preocuparme y estoy esperando a que arranque a comer de todo de vuelta como hacía antes.

Este pequeño que ya va para cuatro años bien prontito, inició su alimentación complementaria a demanda a los 6 meses de vida bastante bien, comía tallos de apio a los 7 meses sin tener ninguna dificultad, nunca se le trituró el arroz ni los granos, las sopas con todos los vegetales enteros y comía perfectamente con la mano y al año de vida usaba la cuchara como un campeón. Poco a poco, después del año y medio aproximadamente, fue rechazando ciertos alimentos y obligarlo era lo peor. Al final quedamos comiendo lo mismo casi todos los días y la variedad de menús prácticamente quedaron en  stand by y ahí seguimos esperando a que los coma.

Escogí una batalla y precisamente esta no la voy a pelear, ¿por qué? Sencillamente porque obligarlo a comer era casi una tortura, la hora de la comida ya no era para disfrutar si no para pelear, es un niño sano, que no para en todo el día, que tiene buen peso y en la curva de crecimiento va muy bien. Cuando me pongo a ver lo que come hay  comida de todos los tipos principales, va a comer, no se va a quedar así toda la vida. Hace unas semanas pidió comer manzana roja y ya la había dejado de comer hace más de un año. Igual le seguimos ofreciendo cosas diferentes todos los días, y sigue diciendo que no quiere, la última vez que lo obligamos vomitó eso y todo lo que se había comido. Podrán decir que es necedad de él, puede que sea cierto, y cómo el hijo de una mamá pediatra solo come lo mismo todos los días, pues bueno, todos los hijos son diferentes y cada uno tiene personalidad y gustos distintos. Le seguiremos ofreciendo alimentos diferentes y preguntándole si quiere tal o cual cosa, si no come cierta comida simplemente no se le da mas y en la próxima comida come bien lo que le gusta.

Ponerlo a pasar hambre es una opción, pero sinceramente  no tengo ganas de pelear, ni de escucharlo llorar cuando se puede comer perfectamente un plato grande de arroz, frijoles rojos y pollito. Me molesta cuando juzgan a mamás que hacen de todo para que sus hijos coman y no lo logran, cada familia y cada niño es un mundo aparte. Si el mío no cambia sus alimentos y siempre quiere los mismos  por lo menos me aseguro que lo que coma sea nutritivo y lo más saludable posible.

Ya comerá, lo veo venir en un futuro no tan cercano, pero llegará, así que esta batalla no la perdí, simplemente la estoy dejando pasar. Escoge tus batallas...

GN

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