viernes, 3 de junio de 2016

La tristeza no ayuda...



Las pérdidas de un ser querido  nunca son buenas para el alma, cuando uno está triste ve al mundo de una forma diferente. Perder un hijo es una de las experiencias más dolorosas por las que puede atravesar una mujer y unos padres.  La herida emocional que deja es difícil de recuperar, mucho depende del apoyo y la comprensión de la pareja y de los seres queridos que los rodean para superar este proceso.

Luego de perder un bebé los días se hacen eternos al igual que las semanas y los meses. Obviamente es normal sentir tristeza, dolor (del que duele de verdad), a veces sensación de culpa, resentimiento y vulnerabilidad. Hay que darse tiempo, no se puede obligar a no sentir tristeza. Por favor, no le digan a estas madres:"no te preocupes", "puedes tener otro bebé", eso no ayuda, ninguna pérdida se reemplaza. Puede pasar mucho tiempo antes que una madre esté lista para volver a su rutina habitual, el tiempo no cura nada, se aprende a vivir con el dolor.   Muchas personas optan por alejarse para evitar conversaciones dolorosas, pero eso no ayuda. Un abrazo sincero es mejor que mil palabras de consuelo.

El ser médico y estar en continuo contacto con el don de nacer y vivir por un lado y la muerte o cerca de ella por otro me ha enseñado que debemos dar gracias (al que uno quiera) por lo que tenemos. Cada vez que un bebé fallece, me pongo en el lugar de su madre y no puedo imaginar el dolor tan grande por el que puede estar pasando, no solo ella si no el entorno familiar.  Muchas veces pienso que algo ayudara, aunque no estoy segura, que esas madres pudiesen recibir una notita de parte de su bebé fallecido, algo así que dijera:

"Mami, gracias por acogerme en tu vientre, mientras allí estuve fui inmensamente feliz, tus alegrías eran también las mias, los latidos de tu corazón y tus risas me hacian sentir muy bien. Me gustaba estar cálido y protegido por tí. Dentro de tí no conocí el odio, solo el amor que sentias por mí, sentí que fui lo más importante para tí y también te doy las gracias por eso.

Puede que nos hayamos separado muy pronto, te doy permiso que llores por mí, se que nunca te olvidarás de mi y que permaneceré por siempre en tu corazón y en tu mente. Tenías muchos planes para mi y conmigo, pero las cosas tienen una razón de ser, aunque no las entendamos.

Recuerda mamita que mientras estuve contigo fui inmensamente feliz, háblale a las personas de mí, yo te cuidaré por siempre desde acá, donde también me siento bien.

Mami, Te amo hasta el infinito, siempre seré tu arcoiris y tu tesoro en el cielo. Te mando un beso que te llegue al alma. Tu bebé."

Siempre serán difíciles estas situaciones y probablemente no sepamos cómo es la mejor manera de manejarlas, todos somos distintos y cada uno va a su tiempo, pero podemos ayudar a enfrentarlas.

No se cómo acabar este escrito, a veces las palabras no salen tan fácilmente...y la tristeza no ayuda.

GN






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