viernes, 16 de diciembre de 2016

No estoy Grinch

Muchas personas dicen que estamos en época de dar y recibir, pero ¿por qué solo se propaga en ésta época del año? Obviamente debería ser todo el año, no solo en época navideña, pero eso depende de la convicción de cada quién.

Siempre hay que sacarle provecho a las circunstancias, así que podemos enseñarle a nuestros hijos que el consumismo no es lo ideal, tratemos de no orientar la época a las compras, a lo material, que lo que hace es que nos convirtamos en "grinch navideños", que  reneguemos del tráfico, de los almacenes llenos, de las filas para envolver los regalos. No dejemos que  nos gane el estrés de la época, los conflictos familiares, los miles de compromisos  y la falta de tiempo para poder lograr todo lo que queremos hacer.


Hablemos con nuestros hijos, preguntémosle qué significa la Navidad para ellos, probablemente obtengamos respuestas que nos sorprendan y que nos hagan reflexionar que vamos por mal camino, buen camino o por el camino que nos parece correcto.



Me gusta que mis hijos se interesen por otras personas, pero esa es mi forma de pensar. Me gusta que crean que hay momentos mágicos y algunos no tan mágicos, que crean que la bondad existe pero también que sepan que existe la maldad, me gusta que mis hijos sepan del poder de una sonrisa  y que sepan que pueden cambiar el estado de ánimo de una persona con un simple abrazo. Muchas veces se quedan sin respuestas positivas a las actitudes buenas, pero es la minoría de las veces.



En mi casa el máximo de regalos por niño es de tres, los más importantes para ellos los dan mamá y papá, así aprenden por qué hay que ir a trabajar y por qué pasamos tiempo sin ellos. Este año mi hijo de 7 años quería muchos juguetes en su lista navideña, le recordé  que solo eran tres y me respondió que entonces se aseguraba los que más quería porque si ponía muchos se corría el riesgo que no le trajeran lo que más deseaba; en cambio mi hija de 10 años puso 7 regalos y dijo que con tres estaba bien y que cualquiera e los 7 estaba más que bien, pero que si había uno extra no le caería mal.  Los niños se adaptan o se acostumbras a los límites  que le pagamos los padres, incluso aprenden solos a ponerse metas de vez en cuando.



Cada uno vive la época a su manera, no nos libraremos ni del tráfico ni de los almacenes llenos, pero sí podemos librarnos del consumismo personar y podemos replantearnos lo que de verdad queremos enseñarles a nuestros hijos para toda la vida. Como les digo a veces a mi hija: si uno cree, muchas veces los sueños se cumplen. Este año no estoy Grinch, luego de replantarme el propósito.



GN

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