jueves, 27 de marzo de 2014

¡Hay que ser mamá de calidad!

Cuando supe que estaba embarazada de mi primera hija, me alegré claro,  pero entré en pánico porque apenas empezaba a ejercer como Pediatra y pensaba ¿cómo voy a hacer las dos cosas a la vez?

Cuando nació la chiquita, decidí no ejercer a tiempo completo la Pediatría y optar por la subespecialidad de Neonatología. Así qué estuve con mi hija (esperando entrar a trabajar) aproximadamente hasta los 5 meses de vida casi tiempo completo. Al ingresar a la subespecialidad, ya casi no la veía y por supuesto que mi corazón estaba en pedacitos, sentía que me perdía cosas maravillosas y la sensación de que tenía  de "cuidar a otros niños" y no a la mía,  creaba en mí, sentimientos encontrados....pero eso se superó con el tiempo.

Muchas veces medité que, en esos momentos, ella iba a querer más a la persona que la cuidaba. Por supuesto que la bebé le ofrecía muestras de afecto a la señora, ¡pero también a mí! Y eso me reconfortaba por ratos hasta que volvía a aparecer la tonta idea.

Se sabe que todos los bebés necesitan de sus padres y la estimulación que les brindamos en el primer año de vida es sumamente importante y por ende, los debemos exponer  a un medio ambiente estimulante. ¿Cómo lo hacemos? Ofreciéndoles experiencias enriquecedoras para tocar, escuchar y ver. Todos estos estímulos que les podemos dar afectan su desarrollo emocional, social y hasta físico. El bebé necesita recibir estos estímulos a diario, desde el momento de su nacimiento. Si recibe estímulos pobres, de una forma irregular o en cantidad insuficiente, el cerebro no desarrolla adecuadamente sus capacidades al ritmo y con la calidad que debería.

El tacto es, seguramente, el primer sentido que desarrollan los bebés en el vientre de sus madres, ya que se mueven, rozan la pared del útero y sienten. Está descrito que el tocarlos y que ellos sientan afecto, acerca a los bebés a sus padres y a todo lo que esté a su alrededor. Por ello, la estimulación táctil debe empezar desde el mismo momento en que los pequeños vienen al mundo y así hacerlo con el resto de los sentidos.  Solamente el acto de acariciar al bebé, estimula y crea un vínculo para ambos sumamente positivo y la optimización del desarrollo del niño normal puede darse en el hogar y sin necesidad de invertir en materiales y equipos elaborados. La creatividad es la mejor herramienta.  Así  como con el tacto, se puede hacer ejercicios de estimulación con la visión y la audición.

El máximo desarrollo del cerebro está comprendido entre el nacimiento y el tercer año de vida, para luego ir poco a poco desapareciendo hasta llegar a los seis años, momento en el que las interconexiones neuronales del cerebro ya están establecidas y los mecanismos de aprendizaje se asemejan a los de un adulto. Por eso, es interesante saber y conocer qué cosas se pueden hacer para brindarles estimulación,  pero si las enumero serían páginas y páginas. Con mi primera hija aprendí bastantes y las he aplicado a los otros dos, los resultados han sido siempre positivos para ellos y para mi.  Para mí porque, con la situación de tenerlos que "dejar" para ir al trabajo, y saber que al estar con ellos  estoy haciendo algo productivo para su desarrollo con cosas tan sencillas, quita la sensación de frustración de no estar 24/7 para ellos.  La tonta preocupación de que van a querer más a la otra persona se desvane. Los niños pequeños, la mayoría del tiempo,"tiran" más hacia la madre (aunque algunos padres no lo acepten) y es por estas manifestaciones de cariño que secundariamente son estímulos para su neurodesarrollo.  

Ser madre y trabajar no es fácil (sin menospreciar a los padres, claro), pero de que se puede hacer las dos cosas bien y muy bien, se puede. Conozco incontables mamás de pacientes que trabajan, pero nunca faltan a las citas de sus hijos, saben exactamente cuál medicinas toman, cuántas veces han evacuado en el día, cuánto y qué comen y así con todos los aspectos de sus hijos; y no dejan la crianza únicamente en manos de los cuidadores. Y la mayoría de ellas, sin saberlo, les brindan a sus hijos estímulos positivos.

La mayoría de las mamás somos las que conocemos más a nuestros bebés y sabemos cuándo pueden o no estar dispuestos para una "sesión" o para recibir estos estímulos. Obviamente, si están con sueño o dormidos no les vamos a hacer ejercicios; tampoco  si se encuentran enfermos, si están rodeados de personas extrañas, fuera de su ambiente familiar o están llorando. 

Se puede conocer las características del desarrollo normal y conocer al niño como un individuo único, lo que creará bases para iniciar el maravilloso viaje de la estimulación, de darle al niño la posibilidad de un futuro exitoso, de establecer con él una relación cálida, afectuosa y firme, así como de momentos inolvidables de convivencia con nuestros hijos. Hay que estimular al bebé y disfrutarlo al mismo tiempo.  Aprovecho para desearles a todas las mamás que aman a sus hijos y que les dedican tiempo de calidad, un ¡Feliz día de las Madres!

GN

3 comentarios:

  1. Gracias Dra! Me siento identificada con tus comentarios. Mi experiencia fue muy similar a la tuya. Es difícil conjugar los roles de esposa, mamá y profesional, pero las mujeres nos caracterizamos por ser multifacéticas y lo podemos lograr!. Felicitaciones por tu blog

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